Las Diócesis de Tula y de Huejutla comenzaron ayer la reapertura del culto público, una vez que Hidalgo fue colocado en color naranja en el semáforo epidemiológico. Así lo informaron a los fieles los obispos Juan Pedro Juárez Meléndez y José Hiráis Acosta Beltrán.
Hicieron referencia que por la pandemia de Covid-19, a partir de la última semana de marzo, han estado atendiendo a sus fieles en todos los servicios religiosos más indispensables, así como suspendiendo o posponiendo fiestas religiosas y muchas actividades ya programadas en sus tareas pastorales.
“Pero con el semáforo naranja de esta semana reabriremos los templos”. Afirmaron que después de estos meses de confinamiento por causas de la pandemia, en los que los feligreses han seguido las celebraciones por los diferentes medios de comunicación y plataformas digitales, “tenemos la gracia de poder celebrar nuevamente la liturgia sacramental de forma presencial en las parroquias que comprenden Tula, Valle del Mezquital, la Huasteca y Sierra Alta”.
Si se mantienen las medidas sanitarias, destacaron, poco a poco irán abriendo las actividades pastorales relacionadas con la celebración de los sacramentos, pláticas sacramentales y catequesis.
Todos los asistentes a las misas, que no durarán más de 40 minutos, deberán tener cubrebocas, utilizar gel antibacterial y mantener la sana distancia; de no cumplir con ello, “la entrada será restringida de forma definitiva”, anticiparon sacerdotes encargados en sus comunicados a los feligreses.