Cerca de dos mil personas abarrotan el atrio del ex convento de San Miguel Arcángel en Acatlán, locación de los primeros pasajes que se representarán de la Pasión de Cristo. Es así que niños, niñas, adultos y personas de la tercera edad se extienden por la explanada pese al quemante sol.
Antes de salir, José Pimentel quien interpreta a Jesús, se tomó unos minutos para relajarse y expresó sentirse listo. Tanto él como sus compañeros encarnados en guardias romanos, se persignaron y se dispusieron a arrancar con la puesta en escena en sus primeros capítulos: la visita de las Siete Casas, el juicio de Poncio Pilatos y los azotes a Cristo previo a que lo condenen a morir crucificado.
De acuerdo con las reacciones de la gente, hubo gran admiración en el momento de los azotes a Jesús, lo que causó suspiros e incluso llanto en algunos niños por la rudeza de las imágenes. Dada la seriedad de la interpretación, inmediatamente las prendas de Cristo se tiñeron de sangre, mientras se retorcía por el dolor de los golpes en su espalda.
Fue coronado con una corona de espinas, acto seguido su cabeza comenzó a derramar sangre. En estos momentos, la procesión avanza con dirección a la unidad deportiva del municipio, locación que se vuelve el Monte Calvario para esta representación.