El próximo sábado 20 de julio, Óscar Zapata Bustos, de 11 años de edad concursará en una prueba de aritmética en Madrid España, representando a Hidalgo entre mil 200 niños más de distintas partes del mundo; precisó que tendrá que resolver 70 operaciones en cinco minutos, ocupando solo su agilidad mental o apoyándose del ábaco japonés.
El menor compartió en entrevista para El Sol de Hidalgo que ha sido acreedor a cuatro trofeos en los últimos dos años, siendo el primero a nivel regional en el municipio de Tulancingo, en donde concursó con 200 niños, ganando el primer lugar en su categoría; recordó que en aquella ocasión tenía nueve años cumplidos.
La siguiente competencia fue nacional, tuvo lugar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde obtuvo también el primer lugar dentro de su categoría pero ahora con diez años cumplidos y compitiendo contra mil 200 niños.
El menor recordó que Pachuca también fue sede de estos encuentros, en donde, compitiendo con 300 menores más, ganó el tercer lugar; refirió que esta prueba le costó un poco más de trabajo debido a que lo subieron de categoría, por lo que las operaciones aritméticas representaron mayor dificultad.
Asimismo, desde las instalaciones de esta casa editora, con una sonrisa en el rostro y acompañado de su padre, con quien comparte nombre, mostró su más reciente trofeo de primer lugar, obtenido en Puebla en donde sus conocimientos se distinguieron de entre mil 300 niños más.
El programa en el que se encuentra dentro de su institución educativa privada, ha potencializado su agilidad mental, por lo que precisó que los cálculos puede realizarlos con ábaco japonés y directamente con las manos, dijo que al concurso en España asistirán 160 niños mexicanos, de los cuales solo seis son de la entidad, por lo que espera salir victorioso para poner en alto el nombre de Hidalgo; también mandó un mensaje a los niños de su edad: “Que siempre sigan sus sueños, que nunca se rindan porque sus papás siempre los van a apoyar”, externó.
En tanto, el padre de Óscar contó que para cubrir los gastos del viaje, vendieron chocolates, sacaron préstamos, se apoyaron de su núcleo familiar y recibieron recurso económico por parte de educación y entes del poder legislativo.