El destino del diezmo que los feligreses otorgan a los recintos religiosos sirve para cubrir ciertas necesidades de las iglesias y de los sacerdotes; razón por la que al término de cada celebración eucarística, se pide a los asistentes el recurso.
En ese sentido, Jorge Sandoval, diácono de la iglesia católica, refirió que los diezmos no son necesariamente el 10 por ciento de los bienes de una persona como ocurre con otras religiones: “Es lo que de corazón el feligrés pueda dar, Dios sabe las necesidades de cada uno, no se debe pedir una parte específica”, comentó.
“Lo recabado se utiliza regularmente para la propia iglesia, hay quienes lo confunden con la limosna que se da a alguien en las calles, es diferente y también hay campañas para que la gente ofrende algo en especie, pero eso es de cada parroquia, según la necesidades de su comunidad”, aclaró.
Por su parte, mediante un sondeo, se constató que son pocos los que conocen el paradero de estos recursos, al respecto, la Arquidiócesis Primada de México, informó que el diezmo, es ocupado para distintas actividades en apoyo a las parroquias más necesitadas.
“Contribuye a cubrir la atención de la salud de los sacerdotes, para la manutención de su jubilación; en apoyo a las iglesias necesitadas y para las actividades arquidiocesanas”.
En la antigüedad, este concepto se utilizaba para nombrar el derecho que un rey exigía a los mercaderes que entraban en sus puertos y constaba precisamente del 10 por ciento de sus bienes.