“El contar con un cuarto adicional me ha cambiado la vida”, dijo Silvia Gómez, vecina de la localidad El Gosco, perteneciente a Tenango de Doria, debido a que a su sencilla casa se trasminaba en época de lluvias, cuando se acostaba con la incertidumbre de ser despertada por el agua que caía sobre la cama.
Comunidad ubicada en el bosque de la cabecera ahí, se llega a pie, no hay transporte público para ese lugar y es habitada por gente de escasos recursos a donde ha llegado este beneficio mediante el cual se les construye un cuarto de cuatro por cuatro metros.
“Desde que me entregaron mi cuarto, mi esposo que está enfermo y yo, ya dormimos sin preocupación de que se pase el agua de lluvia”, dijo la entrevistada, fuera de su nuevo dormitorio, el cual, mencionó, le significa mucho, “por lo menos ya no nos mojamos”.
Los lugareños del El Gosco, tardan cerca de una hora para llegar a surtirse de víveres a la cabecera o para cualquier asunto que les requiera, y otro tanto para regresar a pie.
Recordó también que cuando hace viento fuerte, las láminas del cuarto donde habitaba, se levantaban, y si hacía frío, lo resentían aún más.
Esta vivienda se ubica a unos tres kilómetros de la cabecera municipal, y en el camino se aprecian verdes paisajes con grandes árboles, entre los cuales se escucha el pío, trino y canto de las aves.
Su esposo es de oficio tahonero, incluso, en el pequeño patio se aprecia un horno en el que se prepara el tradicional pan de esa región otomí, y un montón de leña, lista para encender el fogón y que ha tenido que esperar debido a su precaria salud.
A causa de su condición económica, agregó, no era posible construir un cuarto, ya que el material es caro, además su esposo enfermó: ella, trabaja para apoyar en el sustento de la casa, pues sus hijos han formado su hogar y ya viven aparte.
Dijo saber de otras familias que mediante el cuarto adicional han podido darles un espacio digno a sus hijos, ya que en algunos casos solo era un área donde ahí mismo estaba la cocina.
Se visitaron varios lugares, en dos de ellos se construyen cuartos, uno será para Inocencia García de 50 años, quien dejará de compartir dormitorio con tres personas más y su hija, Marisela Gómez, dijo que es algo muy bueno ya que no tienen medios para construirle por su cuenta.