Cuatro tipos de atoles exóticos que se pueden probar en la Región Tulancingo

Por los usos y costumbres, la mayoría de ellos se preparan en Acaxochitlán, municipio del valle

Yulissa Ortiz | El Sol de Tulancingo 

  · lunes 29 de enero de 2024

Son ideales para acompañar en la temporada de invierno / Archivo OEM

En la región del Valle de Tulancingo se come y se bebe bien, pues en los diversos municipios que la conforman existen diversas tradiciones y variedades para preparar el mismo platillo.

Como es el caso de los atoles, ideales para disfrutar en esta temporada invernal y sobre todo en el Día de la Candelaria, celebrada este 2 de febrero en la que suelen comerse tamales luego de los muñequitos que aparecieron en la rosca de reyes.


Atoles exóticos del Valle de Tulancingo

Chileatole

En el municipio de Acaxochitlán este atole es muy común aunque para demarcaciones más grandes como Tulancingo, sea una combinación rara o un platillo fuera de lo normal.

Y es que el chileatole mezcla lo dulce y espeso del atole con lo picante del chile. Entre sus ingredientes se encuentra obviamente el chile serrano, masa, también elote blanco, epazote, sal y azúcar.

Atole agrio

Aún en el municipio de Acaxochitlán, este atole también forma parte de los poco usuales que se encuentran en la región de Tulancingo.

Se trata de un atole blanquecino decorado con salsa de cacahuate y chile ajillo.

Por su mero aspecto pudiera ser poco llamativo sin embargo, el contraste de sabores lo hace uno de los imperdibles de la región.

De chilaca, chilacayote o chilacayota

Este fruto es usual encontrarse solo como dulce. Al menos en Tulancingo suelen venderlo los días de plaza y es uno de los que más se consume.

Sin embargo, también se puede hacer atole con él y resulta ser muy agradable al paladar. Lo único complicado es pelar o partir la chilaca, chilacayote o chilacayota, como la conozcas, pues sumamente dura.

Un ingrediente que la hace destacar es el piloncillo, lo que le da lo dulce a este atole.

De cahuicho

Se trata de un pequeño fruto redondo de color negro y sabor agridulce. Es parecido al arándano y producido por un árbol silvestre que crece en los bosques de Acaxochitlán.

Para hacerlo, basta con licuar esta fruta y agregarla poco a poco a la masa del atole, endulzar y listo.