Este Primero de Mayo, monseñor Domingo Díaz Martínez cumplió 21 años de recibir su consagración episcopal, que es el término que se usa para administrar el sacramento de Orden Sagrado en el grado del episcopado, es decir, para fungir como obispo. Fue un primero de mayo del 2002 cuando el hoy arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo recibió la consagración, dos meses después de que el entonces papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Tuxpan.
Nacido el 04 de agosto de 1948 en Corregidora, municipio de Querétaro, fungió en sus inicios como sacerdote para la Diócesis de Querétaro. Según narra él, halló su vocación religiosa desde muy joven, por lo que tomó la decisión de entrar al Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe en la capital de su estado de origen; ahí, además de su preparación sacerdotal, completó estudios en Filosofía y Teología. Obtuvo el grado de licenciatura en Sociología y en Doctrina Social de la Iglesia, previo a su ordenación sacerdotal en 1977.
Durante sus años de sacerdocio fungió como padre en diferentes parroquias, además de que obtuvo nombramientos destacados como rector del Seminario Diocesano y también del Vicario Episcopal. Sin embargo, fue hasta el 2002 cuando Juan Pablo II lo asignó como obispo en Tuxpan; de manos de monseñor Mario de Gasperín, obispo de Querétaro, recibió la consagración episcopal. En junio de 2008, el papa Benedicto XVI lo eligió para suceder a Pedro Arandadiaz y así convertirse en el segundo Arzobispo de Tulancingo.
Además de sus nombramientos al frente de la diócesis de Tuxpan y la Arquidiócesis de esta ciudad, ha servido en diferentes cargos al interior de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), como la coordinación de la Pastoral Vocacional, la Pastoral Penitenciaria y también fungió como Consejo Permanente de los obispos mexicanos. Más recientemente, ejerció como responsable de la Dimensión para la Pastoral de la Salud de la CEM, entre el 2018 y el 2021.
Es así que a poco más de un mes que se cumplan 15 años de su llegada a Tulancingo, Domingo Díaz Martínez encabeza una de las 19 Arquidiócesis de México, que por cierto es de las más antiguas pues se fundó en 1863 y abarca amplio territorio: en total, 105 parroquias a lo largo de los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz.
“La provincia eclesiástica de Hidalgo comprende las diócesis de Tula, Huejutla y la arquidiócesis de Tulancingo. La nuestra tiene 22 parroquias en Puebla y tres en Veracruz. A pesar de eso, tenemos un plan a seguir y la iglesia actualmente se está reavivando.”, externó monseñor previamente en entrevista.