En la Catedral Metropolitana de Tulancingo se dedicó este Miércoles Santo una misa a las personas enfermas, por lo que al menos 150 personas asistieron en familia para recibir la Unción de los Enfermos, sacramento que se impone ante situaciones adversas de salud, en vísperas de la muerte o en personas de edad avanzada, según sea el caso.
Es así que para ser candidatos óptimos para recibir dicha dignificación, debieron haberse confesado previamente y también registrado ante la Catedral. Ya en la misa, recibieron un gafete para ser identificados; en su mayoría ancianos, también acudieron personas discapacitadas, algunos infantes, o pacientes en silla de ruedas.
"Es recibir un alivio en caso de algún accidente, o para aliviar nuestro malestar, pedir por una buena salud. Es importante recibir los santos óleos para pedir la intercesión de Dios en los males de la salud", dijo doña Mary, quien llevó a su madre a la imposición del sacramento.
Por su parte, el clérigo expresó durante la misa que este signo representa el poder de Cristo sobre el Maligno, además de recordar que en la fe católica se considera a Jesús como el "médico de cuerpo y alma". Conocido también dentro de la cultura de dicha religión como un "sacramento de curación", es visto como un regalo de Dios que ayuda a sanar y purificar el espíritu de quien lo recibe.
Solo puede administrarse a través de las manos de un obispo o un sacerdote, quien lo unge sobre la frente y también en las manos del interesado. A diferencia de los demás sacramentos, puede recibirse sin límite de veces a lo largo de la vida, siempre y cuando exista peligro de muerte, debilidad de salud o sea de una edad avanzada.