La escasez de lluvia y la recarga de las 37 presas que hay en el estado provocan un impacto en el sector acuícola, agrícola y pecuario, las cuales están a cargo de la Comisión Nacional del Agua, ocho, y el resto de usuarios y/o ejidatarios que conforman unidades de riego y las aprovechan, salvo dos (Estanzuela y Jaramillo) las únicas para consumo humano, detalló el integrante de la Asociación Mexicana de Hidráulica filial Hidalgo, Rubén Pérez Ángeles.
De acuerdo con la información oficial, la Conagua se hace cargo de ocho en las que realiza un monitoreo, desfogue, seguridad y mantenimiento a las compuertas, pero no desazolve porque representa un alto costo y como en el caso de La Esperanza (Cuautepec), saldría al equivalente de hacer otra.
Por su parte, el ingeniero civil, Rubén Pérez, refirió que a reserva de las que se destinan para el consumo humano, el resto se destinan para lo pecuario y agrícola principalmente, y esas 29 fueron construidas para beneficiar a los núcleos ejidales o unidades de riego, bajo el esquema del Plan Juárez que implementó el gobierno federal en la década de los setentas del siglo pasado.
Son ellos quienes las aprovechan, las cuidan y les dan mantenimiento por su cuenta, un indeterminado número pertenecen a la época de los hacendados, como en Tecozautla y Huichapan, o la San Antonio que se ubica en San Miguel Regla en Huasca, con más de 100 años de vida, estimó.
Sobre las que le dan uso acuícola, como la Taxhimay, o la de Doxixo en Nopala, es un ejemplo actual de lo que se llama “guerra por el agua”, ya que cuando siembran peces se debe establecer un manual de operación técnica, porque de lo contrario sucede que a la hora de abrir sus compuertas para que riegue los cultivos se salen las especies acuáticas o cuando los niveles de los embalses son bajos se mueren por la falta de oxígeno.
Son pocas las que tienen ese doble aprovechamiento, por eso la importancia de saber cómo operarlas, reiteró.
Que no llueva lo suficiente para llenar los 37 embalses es un asunto que debe preocupar y ocupar a todos, sociedad y gobiernos, porque de ahí se riegan los cultivos, especialmente en el Valle del Mezquital o sirven de abrevaderos para el ganado, y en ambos casos los consumimos para vivir los humanos, resaltó sobre los efectos actuales.
Al corte del primero de septiembre, la Conagua Hidalgo informó el estado de las presas que administra en el Valle del Mezquital, se encuentran, en promedio, en un 27.1 por ciento (%) de su capacidad total de almacenamiento.
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La Taxhimay se encuentra a 27.1% de su capacidad con 10.802 millones de metros cúbicos (Mm3) almacenados; la Requena se encuentra a 9.2% con 3.764, mientras que la Endhó se encuentra a 55.5% con 101.596 Mm3, la Rojo Gómez registra 13.3% de su capacidad con 5.315 Mm3 y la Vicente Aguirre se encuentra a 4.2% de su capacidad con 0.740 Mm3.