¿Quién en Tulancingo no ha probado unas enchiladas bien doradas de pollo, queso, jamón o sencillas? Cualquiera que las conozca, no puede resistirse a su exquisito sabor.
Las enchiladas, para aquellos que no tengan el gusto, se hacen con tortilla pequeña (o de la taquera, como también se le conoce), bañadas con salsa verde o roja para al final complementar con queso, cebolla y lechuga. Para darle un plus, se les puede agregar pollo, jamón, queso oaxaca o cualquier otro ingrediente; eso sí, a cambio de unos cuantos pesos más.
Usualmente, en los puestos de antojitos mexicanos suelen colocar la tortilla fría en el comal, ya con salsa y sus demás ingredientes que pueden ser al gusto, mientras se fríe con manteca o aceite y se dora ligeramente.
Salsa, la clave de una buena enchilada
Aunque en gustos se rompen géneros, la clave para una buena enchilada radica en su salsa, pues esta no debe ser muy picosa ni muy ácida. Desde su preparación, debe existir un equilibrio entre los tomates verdes (miltomate o tomatito, como también se le llama) y los chiles cuaresmeños. Además de la frescura de los mismos, pues aunque se dore, no tendrá el mismo sabor delicioso si se hacen con una salsa o tortilla rezagada de días.
Esto para que no den agruras después de comerlas, por el exceso de tomates; ni tampoco que lo picoso robe el sabor de los demás ingredientes del guajolote o de la enchilada por sí sola.
¿Por qué se considera un platillo muy tulancinguense?
Si bien en otras ciudades hidalguenses se preparan platillos similares, inclusive en otros estados como Puebla, se les llama por diferentes nombres (como chalupas), además el tamaño de la tortilla no siempre es pequeño y, en algunos lugares, se preparan con carne de puerco, rábanos y/o crema, o inclusive, con mole en lugar de salsa.
Enchiladas, el corazón del guajolote de Tulancingo
En Tulancingo las enchiladas son características por ser la base de los guajolotes, ingrediente que sí o sí debe tener el platillo por el que la Ciudad de los Satélites es conocido en Hidalgo y México, además de la barbacoa.
En cualquier lugar de antojitos mexicanos, en Tulancingo, se venden estas delicias ideales para un antojo nocturno ya sea entre semana o en fin de semana, para acompañar o cenar solo.