Operadores de transporte público de la región Tulancingo, no cuentan con prestaciones.
Trabajan más de 12 horas al día, deben “cubrir la cuenta” que entregan al patrón, comer en la base o en el trayecto, ir al baño “de carrerita”, y cuando se enferman absorber los gastos, propios y de sus familiares, explicaron entrevistados.
En promedio la cantidad que deben entregar al propietario de la unidad es entre 800 y 1 mil 200 pesos, esto depende de la ruta y el horario en que comienzan sus corridas.
Su paga es lo que resta, después de apartar lo de la “cuenta” y ponerle gasolina a la colectiva, “a veces salimos tablas, pero casi siempre nos quedan entre 150 y 250 pesos diarios”, explicó Luis “N”.
“Doy gracias a Dios de que casi no nos enfermamos en la casa, pero cuando eso sucede vamos a un consultorio, de esos que están junto a las farmacias de genéricos, pagamos la consulta y las medicinas, si se trata de algo sencillo pueden ser entre 150 y 200 pesos”, expuso Norberto “N”.
Añadió que los propietarios de las unidades no les dan apoyo para cubrir parte de esos gastos, además de que tienen prohibido ausentarse, ya que la consecuencia es ser castigados o que alguien más opere su unidad.
“En caso de requerir atención especializada, acudimos a el Hospital General o al Centro de salud, esto en caso de que se requieran análisis, radiografías o algo así”, explicó Isidro “N”.
Los informantes dijeron que no cuentan con un sindicato, que vele por ellos, por lo que consideran “se encuentran desamparados”, en ese sentido.
Manifestaron que muchos de ellos se encuentran adscritos al Seguro Popular, sin embargo dijeron desconocer si aun se encuentra vigente, ya que las últimas noticias que recibieron decían que “iba a desaparecer”.