Dos personas originarias de Acatlán, específicamente de la localidad de Alcholoya, se extraviaron en la madrugada del sábado mientras viajaban juntos con destino a Tulancingo. Tras el reporte de su desaparición, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) activó las dos fichas de búsqueda correspondientes para agilizar su localización. También así lo reportó la Comisión de Búsqueda de Personas de la entidad (CBPEH).
El primero es el señor Eliverio Martínez Franco, de 38 años de edad. Lo describen como una persona de 80 kilos y de 1.60 metros de estatura, de cabello corto color castaño y ojos negros. Su reporte de búsqueda abierto por la PGJEH es el FDBHGO/271/2023. Por su parte, la CBPEH en el reporte número 473/2023 indicó que el último día en que se le vio fue el dos de septiembre, día en que portaba una chamarra color negra, pantalón de mezclilla y huaraches. Como seña particular, presenta un tatuaje de San Judas en el pecho.
En segunda instancia se activó la ficha FDBHGO/270/2023 para el joven menor de edad Bryan Hernández Pimentel, de 17 años. Con 90 kilos de peso, mide 1.80 de estatura y presenta cabello corto lacio de color castaño oscuro así como ojos color negro. El día de su desaparición, portaba una sudadera roja, pantalón de mezclilla y tenis blancos con gris. Para su caso, la CBPEH activó el reporte 474/2023.
En caso de contar con información que favorezca a la búsqueda, la PGJEH habilitó la línea telefónica 800 912 13 14. Con este par de incidentes, suman al menos cuatro personas que desaparecieron en Acatlán en lo que va del año. En tal sentido, apenas el pasado 29 de agosto familiares de más de 30 personas desaparecidas en Hidalgo solicitaron en manifestación a las autoridades estatales que colaboren en las búsquedas, esto en el marco del Día del Desaparecido que se conmemoró el 30 de agosto.
Por ello, caminaron hasta la sede del Ejecutivo estatal, para solicitar al gobernador Julio Menchaca una audiencia para que les den a conocer sus casos y que los apoyen tanto económica, psicológica y legalmente, ya que en muchos de los casos, los gastos han sido grandes para tratar de indagar el paradero de su familiar.