Con música de banda, comida y una ofrenda abundante, devotos festejaron a la Santa Muerte y le agradecieron por los favores recibidos.
Los fieles acudieron para visitar el altar instalado en la casa particular de la familia Pacheco Castro, en la localidad de Ejido San Pedrito, municipio de Agua Blanca, en el que se venera a la Niña Blanca, como también se conoce.
En punto de las siete de la mañana, la banda de viento entonó las mañanitas y deleitó a los presentes con otro par de melodías frente al santuario, en donde se colocó una ofrenda con vino, cigarros, veladoras, calaveras de chocolate y flores de cempasúchil.
Algunos de los fieles llevaron sus propias imágenes que colocaron en las faldas de la ofrenda para también celebrarlas.
Como cada año, los anfitriones de la casa recibieron a sus invitados, les dieron bebidas y les ofrecieron de desayunar, mientras disfrutaban de las melodías de banda tradicional que no dejó de tocar por más de tres horas.
María Guadalupe Pacheco, vecina de la localidad de Milpa Vieja, llegó al festejo junto con sus familiares desde la seis de la madrugada con la imagen de la Santa Muerte.
Asegura que es creyente porque es milagrosa. “Confío mucho en ella. Siempre le pido por mi salud y la de mi familia, que nunca falte dinero, pero sobre todo trabajo”, expresó.
Comparte que en su casa tiene un altar en donde siempre le coloca rosas, tequila, cigarros, dulces, chocolates, juguetes y su biblia. Además, añade que cada 1 y 2 de cada mes, le prende una veladora.
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Los feligreses como cada año acuden a la capilla como muestra de agradecimiento por los favores obtenidos y para rendirle culto.