Con cinco años de experiencia en el oficio, Diana Beatriz Leiva Reyes se siente contenta con su trabajo pues le permite solventar los gastos del hogar al mismo tiempo que no descuida su labor como ama de casa.
El oficio lo aprendió del papá de sus hijos, quien al cambiar de trabajo le dejó el lugar de la Floresta en donde se encuentra su espacio de trabajo.
“En sí me gusta este oficio porque me da chance de llevar a mis hijas a la escuela y esperarme aquí, ya si tienen junta o cualquier otra cosa voy y regreso a trabajar (...) Si estuviera en otro trabajo, no me dan chances de salirme”, comentó la señora Leiva.
Después de la pandemia, con la regularización de las restricciones de salud, el trabajo de Diana aumentó paulatinamente aunque aún hoy, tiene mejores días que otros pues cuando no tiene mucho trabajo solo bolea 10 pares.
“Nada más en la pandemia porque cerraron todo, pero ya, ahorita ya se recuperó más o menos porque hay ocasiones en las que sí está muy tranquilo el trabajo”, comentó Diana Leiva.
Sin embargo, cuando es un buen día como lo son los jueves, viernes, sábado y domingo, bolea más de 30 pares de zapatos.
Pese a ello, Diana Beatriz no descuida su trabajo como madre y ama de casa pues refirió que antes de salir a trabajar, deja todo listo en su hogar como la comida para facilitarle las labores domésticas.
“Ya nada más venir, trabajar, llegan las niñas, se meten a la escuela y otra vez a la casa (...) Los fines de semana ya nada más es puro trabajo”, explicó Diana.
Siendo amada de casa y trabajadora de medio tiempo, la boleadora informó que llega a trabajar a las 10 de la mañana luego de dejar listo el desayuno, la comida y ropa limpia,