Dios mencionó sin mí no hay nada en este mundo: Párroco de Tula

Por eso hay que recibirlo en los corazones pues nuestro espíritu y alma lo necesita, aseguró en La Catedral 

César Martínez/ El Sol de Hidalgo

  · lunes 5 de agosto de 2024

Decenas de pobladores acudieron ayer a la santa misa dominical. | César Martínez / El Sol de Hidalgo

Hay gente que se aleja de Jesucristo y esas personas están muertas espiritualmente y por eso hay odio y resentimiento en el mundo y como Dios dice sin mí no hay nada y solo se queda en propósitos ante la falta de él.

Por eso hay que recibirlo en los corazones, pues nuestro espíritu y alma lo necesita y en el altar está presente el Señor a pesar que algunas personas han perdido la fe, ya que en el mismo no ven pan y vino sino allí está el cuerpo y sangre del Creador.

Así lo mencionó ayer el párroco de La Catedral de Tula Rodolfo López ante decenas de pobladores que acudieron a la santa misa dominical.

Aseguró que Dios se hace hombre y alimento para fortalecer a sus hijos y la eucaristía es el cuerpo, sangre y alma de Jesucristo.

“Se debe tratar con mucho respeto esta celebración religiosa y a veces no se ve la divinidad del hijo de Dios y uno de los mayores pecados es comulgar sin estar preparados, por eso se debe tener tiempo de ayuno y recibir a Jesús” indicó.

El religioso comentó en su sermón que ir a misa y no comulgar es como acudir a alguna fiesta y no comer.

“Por esta razón hay que buscar la preparación y recibir a Jesucristo en nuestros corazones y pedirle que nos ayude para recibir el alimento que Dios nos da en la vida” refirió Rodolfo López.

Precisó que la personalidad del hijo de Dios en la tierra era tan fuerte y viva que predicaba ante veinticinco mil personas a su alrededor y tenía palabras de vida eterna.

“El Señor hace grandes cosas con tan poquito y él elige lo más débil en este mundo para demostrar sus cualidades y el verdadero Dios es amor a Jesús y no por interés” explicó el párroco.

Finalizó diciendo que la función de la eucaristía es que los humanos se acerquen a Dios y su hijo que estuvo aquí en la tierra hace más de dos mil años.