La discriminación a las personas con discapacidad, muchas veces se da en la propia familia, con los comentarios o el trato de algunos profesionales de la salud, y hablando de las instituciones públicas en la falta de infraestructura adecuada, “la discriminación y la falta de inclusión duele y duele mucho”, comentaron en entrevista un grupo de mamás cuyos hijos fueron diagnosticados con asperger; retraso psicomotor; macrocefalia, meningocele y daño neurológico, entre otros.
Con visible contrariedad aseguraron que en ocasiones por desconocimiento de las leyes y otras por tratarse de familiares, es que no se hacen las denuncias correspondientes.
Mirna Castillo, mamá de Gema quien padece meningocele explicó que el mostrar lástima por alguien con algún tipo de enfermedad fisca o mental es también una forma de discriminación, además de que el tiempo que tardaría en realizar las denuncias prefiere aprovecharlo en el cuidado de sus hijos.
“Amigos y familiares han realizado todo tipo de comentarios, desde que hay niños menores que mi hijo y que hacen tal o cual cosa, hasta personas que me dicen que está muy consentido y solo necesita mayor disciplina; también que me digan que mi hijo es un flojo, es doloroso este tipo de comentarios porque solo quienes conocemos a nuestros pequeños podemos saber cuánto se esfuerzan y luchan por aprender. El mayor problema que tenemos como sociedad es que encasillamos todo, queremos que todos seamos iguales, rechazamos lo que es diferente y lo que no llegamos a comprender”, dijo Yoseline Téllez mamá de Diego, quien está diagnosticado con síndrome de asperger.
Finalmente expresaron que la falta de infraestructura idónea en espacios públicos y la falta de tacto para en algunos servidores y funcionarios para tener presente que las personas con alguna discapacidad merecen el mismo trato que el resto de los seres humanos, es otra forma de discriminarlos.
“Desde los dos años mi hijo no hacía las cosas como el resto de los niños de su edad, al ingresarlo a estimulación temprana la psicóloga me dijo que necesitaba estudios para determinar qué tipo de problema tenía, pero cuando fuimos con el médico familiar dijo que mi hijo tenía una apariencia de un niño sano que no le quitará el lugar a los niños que sí lo necesitaban”, concluyó Teresa Galván.