Una carambola registrada a las 16:50 horas del 9 de junio, en la que cuatro unidades estuvieron involucradas, unió los destinos de una médica que atendió en la primera línea contra Covid-19, mejor conocida como la doctora Bety, así como siete policías municipales de Progreso de Obregón: Dante, Martín, Ismael, Anayatzi, Abril, Antonio y Estefanía.
Lo que sucedería durante dos horas y 34 minutos después, les harían perder a ella la vida, a ellos la libertad y a sus familias la paz y tranquilidad.
De acuerdo con declaraciones y pruebas que se dieron a conocer, oficialmente, en el juzgado de Mixquiahuala, los hechos ocurrieron así: El primer encuentro fue con Anayatzi, quien llegó al lugar de los hechos junto con su compañero Dante, la mujer policía tuvo que intervenir para separar a la doctora Bety, quien se jaloneaba y manoteaba con otra mujer, al tiempo que le gritaba “les voy a pagar, les voy a pagar”.
Minutos más tarde, llegó Martín, oficial de tránsito, que acudió al auxilio del suceso vial.
Antes de las 17:00 horas, y debido a que la doctora alteraba el orden público, fue trasladada a la Comandancia Municipal de Progreso de Obregón; ahí la sentaron en una silla color naranja para evitar que cayera porque no podía mantener el equilibrio.
A la siguiente hora, la doctora Bety muestra una actitud inquieta, pero debe esperar a ser evaluada por la médico legista, en tanto, Anayatzi, Abril y la detenida intercambian algunos abrazos “afectivos”.
Presión alta, alcoholemia con 194.015 gramos por 100 mililitros, pupilas dilatadas, arroja el dictamen médico legista que se le aplica en el mismo pasillo.
Concluido el dictamen médico, la doctora Bety es trasladada a la barandilla, donde recibe la visita de su padre, el cual reclama porqué se han llevado a hija a los separos, “si ella no mató ni robó a nadie”. Acto seguido pasa a verla y hay versiones que aseguran que padre e hija discuten, no obstante, le promete que la sacará de ese lugar. Bety queda sola en la galera, mientras que su padre realiza el trámite burocrático para su salida.
A las 19:24 horas, en las cámaras de circuito cerrado de la Comandancia se observa que Bety busca algo entre la colchoneta y las cobijas; halla una tela blanca, misma que ata a su cuello como si fuera un paliacate e intenta sujetarlo de la puerta de la galera, incluso sube un peldaño, acto seguido, cae al piso sin movimiento y en la cámara solo se ve su tenis color morado, ella ha intentado suicidarse.