Más que una profesión, la enfermería, para Dulce María López Soto, quien tiene más de 15 años de experiencia, es un acto humanitario y de amor al prójimo.
Asegura que su visión siempre se inclinó por el área de la salud, por ello, eligió la enfermería, porque asiste desde un recién nacido hasta un adulto mayor, así como a un enfermo o lesionado, que puede estar debatiendo la vida.
"La enfermería es una carrera en donde te enfocas primordialmente en los cuidados paliativos de una persona, para ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes", expresa orgullosa de su profesión.
Su vocación por ayudar y su compromiso con la sociedad, la ha caracterizado por ser una profesional altamente comprometida, siendo su mayor recompensa la gratitud y agradecimiento de sus pacientes.
Originaria del municipio de Agua Blanca califica que ejercer su labor no es complicado, lo que sí lamenta es que muchas ocasiones, en los servicios de salud, tienen que trabajar con lo que hay y no con lo que se necesita. Menciona que el papel de un profesional en enfermería es fundamental desde el primer nivel de atención, "porque en los sistemas de salud, la enfermería, siempre están en todo momento en el cuidado del paciente".
Recuerda que durante 10 años trabajó en comunidades marginadas y alejadas de la región Otomí-Tepehua, en donde caminaba por varias horas para brindar atención a la salud a la población vulnerable. Durante sus años de trayectoria, cuenta que una ocasión en una localidad de Tenango de Doria atendió un parto en el campo, lo que la llenó de gran satisfacción pues a pesar de las circunstancias realizaron su labor de forma eficaz.
Cada 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermería con el objetivo de honrar a todos los profesionales que realizan esta noble labor para toda la humanidad.