TULA DE ALLENDE.-Para la damnificada tulense Edith Guzmán Godínez la vida ya no volverá a ser igual que antes, luego de acontecer la inundación aquí en Tula.
Depresión, tristeza, soledad y preocupación constante sintió durante mucho tiempo después de ocurrir la contingencia del seis de septiembre del año anterior.
Relató con profunda tristeza que perdió todo su patrimonio material en su vivienda localizada en la Avenida Club de Leones, número 23, en la colonia Los Fresnos mejor conocida como El Chayote.
“Yo vivo con mis dos hijos y esa noche yo estaba durmiendo y ellos no se encontraban. Sin embargo, uno de ellos me llamó por teléfono y me dijo que tuviera cuidado porque el Río Tula llevaba mucha agua y en la zona centro de la ciudad, los vecinos ya se salían de sus respectivas casas, además que estaban muy inquietos” expresó la joven mujer.
Edith Guzmán decidió levantarse y salir a la calle para ver que estaba pasando y con sorpresa notó que el agua negra del Río Tula ya estaba ingresando al mencionado sector habitacional por donde está el plantel del ICATHI.
Refirió que rápidamente se metió a su casa y saco algunos papeles importantes y una chamarra y al tratar de sacar su camioneta y abrir el zaguán principal, vio que el agua negra entró con demasiada fuerza e inundó rápidamente su vivienda.
“Por miedo ya no me regresé a rescatar nada y me fui con mis hijos a refugiarme a la casa de una hermana quien vive en la colonia Barrio Alto y vi que todos los vecinos empezaron a salirse e irse. No dormí toda la noche porque había mucho movimiento de patrullas y ambulancias, además de gritos de personas” manifestó la entrevistada, en tono desalentador.
A temprana hora del día siguiente, citó, fue a verificar como estaba su casa y vio que todos los muebles estaban volteados, las puertas zafadas con lodo. La acompañó su hermana quien le ayudó a aventar el agua sucia a las coladeras.
La informante se tardó más de tres meses para limpiar su inmueble.
Mientras, ella y sus hijos vivieron con su hermana durante seis meses siguientes y dormían en colchonetas que les regaló personal del DIF Municipal. También habitantes les regalaban despensas alimenticias de forma esporádica.
También te puede interesar: Tula, a un año de la trágica inundación
Edith Guzmán expresó que su tragedia fue doble, ya que también se le inundó totalmente su negocio con venta de ropa que tenía en la calle Moctezuma y el agua negra echó a perder toda su mercancía.
“Gracias a ese daño nos quedamos sin patrimonio y ahora estoy trabajando como empleada en una tienda. El gobierno federal me dio diez mil pesos que no alcanzaron para nada. A un año todo el patrimonio de mi vida se fue en el tiempo que duró la inundación” aseguró.
Finalizó diciendo que, así como ella, cientos de damnificados siguen luchando para que las autoridades los indemnicen como debe de ser y están preocupados por la situación del Río Tula que tienen actualmente por las lluvias.