Los Non-Fungible Token (NFT, por sus siglas en inglés) causan una nueva euforia en los mercados, pues son representaciones digitales de un activo, físico o virtual, como las criptomonedas, aunque no pueden ser intercambiados entre sí; se utilizan en el ámbito del arte y coleccionables, generando con su venta ganancias al artista creador.
Según la especialista en criptoactivos y académica de la Facultad de Ingeniería dela Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Eloísa Cadenas Morales, el mercado en este rubro alcanzó un valor de 41 mil millones de dólares durante 202.
Un Non-Fungible Token, explica, es la representación digital “en una blockchain de ciertos activos, que pueden ser digitales o físicos. Esto significa que igual que los criptoactivos (como bitcoin o ether)utilizan la misma tecnología, pero no pueden ser intercambiados por otros de su misma naturaleza, por lo que se consideran como únicos”.
Además, añade, tienen características de trazabilidad, es decir, se pueden revisar todas las transacciones que se realizan con ese token.
“Si yo soy artista y hago una pieza en Non-Fungible Token, obtengo el beneficio de que lo puedo transferir y quien lo recibe sabe que viene directamente de mí, pero además en la programación del contrato queda estipulado que cada que vez que se realice una venta recibo regalías. Eso no pasa en el mundo del arte, en el cual una vez que el artista vendía su obra a una galería en adelante no volvía a tener injerencia en la pieza”, detalló la experta universitaria.
También te puede interesar: Remesas no hacen a los estados más ricos
Para la especialista, aunque es cierto que cualquier persona podría generar un screenshot del criptoarte convertido en NFT y llevarlo en su teléfono, en realidad no lo tiene porque sería similar a tomarle una foto a la Mona Lisa, y pretender que se es dueño del cuadro pintado por Leonardo da Vinci.