Fue a principios de la década de 1990, específicamente en 1993, cuando uno de los principales referentes de la balada pop en español, Ricardo Arjona, ofreció un concierto en el marco de la 29a. edición anual de la Expo Feria Tulancingo. El escenario que vibró al coreo de las juventudes de aquel entonces fue el del auditorio “Adolfo López Mateos”, en la unidad deportiva.
Si bien en esa época Ricardo Arjona a sus 29 años ya apuntalaba para convertirse en ícono de Latinoamérica, con éxitos como “Jesús verbo no sustantivo” que sonaban en la radio, el público tulancinguense no fue numeroso pero sí emotivo y apasionado, según lo refieren artículos periodísticos que pueden consultarse en el archivo municipal.
Entonces llamada Feria y Exposición Industrial, Comercial, Ganadera y Artesanal de Tulancingo, el comité organizador tuvo a bien que el joven guatemalteco encabezara musicalmente la ceremonia para coronar a la Reina del festejo. Decenas de fanáticos llegaron a la Unidad Deportiva con el ansia de entonar “Mujeres”, otra de sus canciones que ya sonaban fuertemente en México y misma que actualmente retumba en cada uno de sus conciertos.
En un encuentro casual con los reporteros tulancinguenses que acudieron al llamado artístico, entre ellos la periodista de El Sol de Tulancingo, Nohemi Tello, Arjona confesó que su próximo disco (Historias, el segundo que produjo en tierras mexicanas) saldría en febrero del 94, pese a que su disquera le solicitó que saliera en octubre del 93. Pero no sucedió así, ya que según contestó Ricardo, “es muy prematuro. Yo me tengo que dar un tiempo prudente para hacer un disco que pueda satisfacer mis necesidades como compositor, como productor”
Previo a su espectáculo, el artista fue cuestionado por lo que significaba para él el haber consolidado su carrera en nuestro país:
“No es que me lancen en México, es que se dio la oportunidad de que yo pudiera compartir mi música con más gente y a través de una plataforma tan importante como México. Y la aceptación de la gente, creo que tiene que ver con cierta coherencia, en cuanto a observar, a veces, que la autenticidad es mejor que la originalidad”, abundó.
Por otro lado, Arjona habló ese día de una de las características más significativas de su quehacer artístico: las implicaciones filosóficas que expresa en sus líricas, muchas veces conjugadas con metáforas de la vida cotidiana y hasta dichos coloquiales de la cosmovisión mexicana.
Explicó que la inspiración para plantearse su existencia viene “de la vida misma, yo creo que el contacto diario con la calle y con las cosas que acontecen ahí es lo que de determinada forma te va forjando como cantaautor, para tener historia que contar”
“Yo creo que es en la búsqueda de sacar esa rebeldía típica del adolescente, encontré qué decir en canciones que sentía y que pensaba, era una forma ideal de decirlo”, explicó el guatemalteco en la entrevista que le hicieron en Tulancingo.
Cabe mencionar que la visita de Arjona a Tulancingo se dio en el marco de la difusión de su opus “Animal Nocturno”, álbum en el que plantea temas de identidad y también de desarrollo artístico. Tal cual lo expresa en la canción que dio título al disco, se veía a sí mismo “luciendo siempre cara de mascota recién comprada, salía en la tele con cierto dejo de tristeza en la mirada y el alma enfadada, de cantar sin decir nada”
Hoy de 60 años de edad, nadie se hubiera imaginado en aquella tarde de agosto que Ricardo Arjona se convertiría en uno de los cantantes más famosos y exitosos de Hispanoamérica, con un logro en ventas de 80 millones de discos bajo el brazo, dos premios Grammys por mejor álbum pop latino (2006 y 2007) así como un Billboard Latino a la Trayectoria Artística, que ganó en 2017. Con cuatro discos en 1993, hoy ya cuenta con 17 álbumes de estudio así como múltiples giras mundiales.
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