Internado en el bosque mesófilo de montaña se encuentra uno de los monumentos históricos más emblemáticos de Agua Blanca, El Fortín, una fortaleza que encierra una gran historia, que utilizó el coronel German Gutiérrez para defenderse de la invasión francesa entre los años de 1862 y 1867.
El Fortín es una de las edificaciones más antiguas, que se construyó para resguardar lo que en aquel entonces era el municipio conocido como San Pedro de Iturbide, de acuerdo con la promotora cultural Elizabeth Solís Gayosso.
“Se construyó para resguardo del municipio y en su momento también sirvió como fortaleza por órdenes del coronel German Gutiérrez, quien estuvo al mando de las tropas de lugareños donde se suscitaron algunas batallas contra invasores”, explicó.
Esta edificación, compartió que se encuentra ubicada en el Ejido de San Pedrito en un lugar estratégico para el Ejército mexicano durante el conflicto armado con tropas francesas.
“El Fortín está en un punto estratégico cuyo principal voladero tiene su mirada al frente que en su momento le daba ventaja al coronel para ver si llegan las tropas enemigas para atacarlos”, expuso.
Mide 32 metros de largo y 15 metros de ancho, es una construcción de piedra que fue extraída del camino de herradura y de los ríos cercanos. Tiene troneras y entradas de cañón, anteriormente estaba cubierto.
“El Fortín fue construido por el coronel German Gutiérrez quien al renunciar al Ejército mexicano llegó a su tierra natal. No existe una fecha exacta de cuando se edificó, pero se remonta al año de 1800”, informó.
Otra de las versiones históricas, señaló que lugareños cuentan que resguardó soldados de la Guerra Cristera, que fue un enfrentamiento armado que inundó de sangre gran parte del territorio mexicano.
En la actualidad, este monumento histórico se ha convertido en un paraje turístico en el municipio, debido a que se encuentra en una zona boscosa ideal para practicar el senderismo y el campismo.
Además, el municipio alberga otros monumentos históricos como la Iglesia de San Pedrito que se entregó en el año de 1824, la cual ha tenido por lo menos cuatro restauraciones, sobre todo en el altar y la entrada principal. También se encuentra la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el Monumento dedicado al cura Miguel Hidalgo y Costilla.