¿Sufres de tecnoestrés? Es una alteración relacionada con manejo abusivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que podría provocar trastornos de ansiedad y cognitivos, problemas del sueño, dificultad de concentración, alteraciones de memoria, inseguridad, síntomas respiratorios, cardiovasculares y gastrointestinales, entre otras afectaciones.
Así lo manifestó la profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Erika Villavicencio Ayub, quien dijo que la tecnología es una herramienta poderosa que debemos prepararnos para emplearla de la mejor manera, a fin de que contribuya a elevar los niveles de éxito y evitar que nos provoque alteraciones en la salud.
Señaló que el uso excesivo de tecnologías en los ámbitos laboral, escolar y en la vida personal, puede acarrear consecuencias negativas.
En 2022 México ocupó el noveno lugar del top ten de países con mayor número de internautas con 98 millones de usuarios conectados; las otras naciones fueron China, India, Estados Unidos, Indonesia, Brasil, Rusia, Japón, Nigeria y Alemania.
Recordó que la pandemia provocó la reconfiguración del uso de las TIC y en los últimos años se incrementó el porcentaje de población mayor de seis años y adultos que usan internet en 78 por ciento, principalmente Facebook y WhatsApp.
En el cuarto ciclo de conferencias UNAMirada desde la Psicología, Villavicencio Ayub expuso que, por grupo de edad, en 2020 y 2021 los individuos que más tiempo pasaron conectados fueron los que se encontraban en el rango de 18 a 24 años; después, el de 25 a 34 años.
“Las horas en promedio que los mexicanos utilizamos internet es de alrededor de 4.8 horas diarias; las personas que más lo usan están en el rango de 12 y 34 años, con un consumo de entre 5.5 y 6.3 horas al día; mientras que los que menos la utilizan son los grupos etarios de entre seis y 11 años; y aquellos de más de 55”, mencionó.
Pero el homeoffice o teletrabajo, las clases escolares en casa, el uso de plataformas de entretenimiento o streaming, y las compras por internet, dispararon el uso de la red a 6.4 horas por día.
Planteó que existen diversos tipos de tecnoestrés: tecnofatiga, tecnofobia, la tecnoadicción más recientemente, la tecnodependencia.
Otro síndrome es el sleep texting, donde las personas en fase avanzada de sueño hacen uso de sus dispositivos de forma inconsciente o casi dormidos, y la generación muda, que ocurre principalmente en millennials y centennial, quienes prefieren textear en lugar de hacer una llamada o interactuar de manera presencial.
Puntualizó que la adicción al WhatsApp, es otro de los síndromes, junto con la infotoxicación, exceso de información superior a la que nuestro cerebro puede asimilar. Y el phubbing, que consiste en ignorar a nuestros acompañantes o a quien tenemos al lado por concentrarnos en el teléfono móvil.
De acuerdo con la profesora universitaria, hay que aprender a “desconectarnos” y a usar en forma adecuada los recursos digitales para potencializar el resultado que podamos obtener, sin la afectación de nuestra salud física y mental.