Elizabeth George Escalante, de 42 años, es una de las más de 50 mujeres que laboran como taxistas diariamente en la zona metropolitana de Pachuca, para ganarse el pan de cada día.
No solamente tenemos que ganarnos la vida, dice, sino llevar el sustento para nuestros hijos, porque en su mayoría, somos madres solteras.
“Sabemos que es un oficio de riesgo, pero la necesidad nos obliga”, sostiene.
Los 200 pesos que obtiene de la cuenta del día, han sido y serán para solventar las necesidades que se generan en su hogar.
Hoy, tiene el orgullo de tener una hija profesionista, egresada del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la carrera de Ingeniería Mecánica Industrial, pero también el compromiso de sacar adelante a un adolescente que estudia la secundaria.
Ambos casos, afirma, su orgullo de vida. Reconoce que ser trabajadora del volante no es nada fácil, pues sufren desagradables momentos, principalmente, por ser mujeres.
“El acoso es el principal; todavía nos falta mucha cultura de respeto”, afirma. Sin embargo, reconoce el respaldo que obtiene todos los días por parte de sus compañeros taxistas.
“Nos protegen, no únicamente a mí, sino también a mis compañeras. Tenemos preferencias; están al pendiente de nosotras. De verdad, es algo que debemos agradecer”, subraya.