Carlos Benítez y Juan Pablo Velázquez no celebrarán, este 8 de agosto, el Día del Barrendero en México. “Ni sabíamos que había festejo”, dicen; al contrario, trabajarán como siempre a partir de las 4:00 horas para recoger los desechos de la colonia Centro, en Pachuca.
Ambos tienen ocho años laborando y nunca han sido celebrados porque mencionan que son emergentes, es decir, que trabajan en los días que los barrenderos sindicalizados del municipio descansan.
Por eso justifican su horario de las 4:00 hasta las 18:00 horas los martes, jueves, sábados y domingos, así como días festivos por un salario de casi mil 800 pesos semanales.
Lo que más les molesta en su labor es que la gente abandona los montones de basura en cualquier esquina sin ningún tipo de responsabilidad ciudadana, pues los chachareros o perros las revientan, dejando todo tirado.
“Hay que estar barriendo porque el aire vuela la basura. La gente no entiende que es más complicado porque retrasamos la limpia en otra zona y es cuando viene la molestia de los vecinos porque no se ha barrido su calle”.
Con la pandemia del Covid-19 los desechos no han disminuido y, afortunadamente, ninguno de los dos se ha contagiado por el virus. En su labor, utilizan cubreboca y, en ocasiones, la máscara la cual es incómoda porque rápidamente se empaña con la respiración.
Tanto Carlos como Juan Pablo tienen la esperanza que en breve puedan ser considerados como trabajadores formales, de esta manera, podrán ser beneficiarios de prestaciones como es el Seguro Social, porque en su calidad de emergentes solo obtienen su salario.
Lo que piden a los ciudadanos es que respeten su labor, así como el horario del camión de basura que recoge los desechos. Así, se podrá tener una ciudad más limpia.