Será el próximo 19 de marzo cuando se celebre dentro del catolicismo la fiesta de San José, razón por la que también a este mes se le dedican liturgias y plegarias a quien en la Tierra, según apunta la creencia religiosa, fungió como padre de Jesucristo. Al respecto, el padre Salvador Osnaya, titular de Economía en la Provincia de los Misioneros Josefinos con presencia en Tulancingo, contó que este festejo viene desde el siglo noveno cuando la Iglesia comenzó a reconocer la labor y gracia de dicho santo.
Nombrado también durante la época colonial como “el primer patrono de la Nueva España”, la fecha de fiesta para San José se estipuló basándose en una estimación sobre la fecha de su nacimiento. “No se sabe a ciencia cierta el día de su nacimiento ni el de su muerte, se fijó esta fecha cerca del año 900. Suponemos que nació ese día, es una fecha que poco a poco entró en la Iglesia. Los franciscanos, en 1399, hicieron una asamblea en donde adoptaron la fiesta de San José como propia y se comprometieron a mantenerla año con año”, expresó el sacerdote.
Sin embargo, fue en 1476 cuando el entonces papa, Sixto IV, incluyó la fiesta de San José en el llamado "breviario o liturgia de las horas” así como en el misal, para oficializar dicho motivo en documentos de reconocimiento mundial al interior de la organización religiosa. Cabe destacar que en México, en 1555, los obispos adscritos a la Nueva España celebraron el Primer Concilio Provincial de México, en el que nombraron al santo como Protector de la Nueva España, convirtiéndose en la primera iglesia del mundo en declararlo como patrono. Casi 300 años más tarde, en 1870, el papa Pio IX lo consagró como “patrono o protector de la Iglesia Universal”, a quien ahora se le llama también “esposo de la Santísima y Bienaventurada Virgen María”.
El clérigo también precisó que por tal motivo, en México se encuentra una de las tres congregaciones varoniles que rinden culto a San José, como resultado de un “fuerte” movimiento josefino detonado tras el nombramiento dado por Pio IX. Conocida como Provincia de los Misioneros Josefinos, fue fundada en 1872 por el padre José María Vilaseca con la finalidad de “evangelizar a los indígenas”, especialmente a los que se mantenían levantados en armas al norte y sur de México. Las otras dos congregaciones dedicadas a este patrono se encuentran en Italia.
En Tulancingo, una de las fiestas más grandes en honor a dicho santo se lleva a cabo en la colonia que lleva su nombre, mayormente conocida por albergar también el templo dedicado a la Virgen de Guadalupe o “Villita de San José”.