TLAXCOAPAN, Hgo.- La vida en el campo es tranquila y hermosa, ya que se puede disfrutar de los distintos tonos verdes de la naturaleza, respirar el aire puro y sentir cómo nos acaricia el viento, pero el campo es más que eso, es trabajo duro y sacrificio constante.
Así lo mencionó, ayer, el agricultor Jesús Hernández Ángeles, vecino del Barrio Apepechoca, de esta ciudad.
El campesino se levanta de madrugada todos los días, cuando el sol aún no está, a sembrar semillas en su parcela, ubicada en los alrededores de la cabecera municipal de Tlaxcoapan.
Debe cuidarla y protegerla para poder cultivar su futuro y el de su familia.
“Aquí sembramos desde calabaza, chile, tomate, cilantro y alfalfa” dijo, en confianza, el hombre de cincuenta y dos años de edad.
Junto a sus hijos y demás familiares, dijo, comienzan las arduas labores en el campo desde la madrugada y hasta entrada la tarde.
Jesús Hernández Ángeles sabe de antemano, que la vida es dura más cuando se trabaja en la tierra. Aun así, pone su mejor empeño, dedicación y esmero diariamente para poder llevar el sustento diario a su casa.