El dulce de calabaza es un platillo que se prepara en el marco del Día de Muertos, y se coloca en los altares, cada año en los días finales del mes de octubre y primeros meses de noviembre, cuando las calabazas comienzan a madurar, así como ponerse color amarillo o café.
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Estos dulces se preparan con piloncillo, según la cocinera tradicional Gregoria Ortiz, quien cada año corta las calabazas, las lavan, las cortan en piezas, después comienzan con la preparación de este aperitivo.
“Se pueden cocinar con almíbar, cristalizados o en piloncillo”, aseguró Doña Goyita, quien ya acudió a sus milpas que se encuentran El Mejay, municipio de Chilcuautla.
“La calabaza en piloncillo se prepara hirviendo después se le pone el piloncillo junto con otras especies como la canela, las calabazas en almíbar se hierven con azúcar y canela, mientras que el proceso de cristalización implica la cocción con cal viva de las frutas”, aseguró la cocinera tradicional.
Algunos campesinos siembras en sus parcelas de maíz, donde también colocan las semillas es estas calabazas para posteriormente dejarlas que crezcan y se desarrollen, “las calabazas son de guía y tienen una vida de unos cuentos meses y ya cuando están maduras ya tienen un peso de más de diez kilos y una altura de treinta centímetros”, aseguró la Doña Goyita.
Estas verduras también se venden a orillas de las carreteras y sus costos de venta superan los 100 pesos, hasta los 200 pesos depende su peso.
Finalmente Doña Goyita, explicó que las semillas de calabaza también se cuecen en el comal, para comerse como pepitas con sal, “son una botana muy rica”.