Desde las seis de la mañana de este miércoles 4 de octubre, decenas de pobladores de la localidad de Jaltepec en Tulancingo se dieron cita en el templo del pueblo, pues como cada año se honró al santo patrono de la comunidad: San Francisco de Asís, fraile italiano que vivió en el siglo XIII y es conocido por su particular estilo de vida austero a pesar de venir de una familia acomodada.
Además, la orden que surgió de su modo de vivir, los llamados franciscanos, fueron los primeros en llegar a la región de Tulancingo para la evangelización luego de la Conquista de Tenochtitlan.
En ese tenor, los mariachis irrumpieron con la calma matutina para entonar las tradicionales Mañanitas, la cual tocaron fervientemente frente al altar donde se alza el patrono.
Una hora más tarde, a las siete, arribó a la iglesia Monseñor Domingo Díaz Martínez, arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, quien en compañía del párroco Emmanuel Gómez celebraron la misa solemne en honor a San Francisco.
En la homilía, el arzobispo recordó pasajes de cómo el patrono renunció a su vida acomodada y de plenitud económica para compartir con los pobres, por lo que exhortó a los más de cien feligreses a seguir este “digno ejemplo” y no aferrarse a los bienes materiales. Más bien, pidió para que a través de la oración y de predicar la Palabra, se alcancen los bienes inmateriales como paz, respeto, responsabilidad, entre otros valores.
Luego de que nuevamente se entonaran las Mañanitas y se ofreciera una ronda de aplausos para “el cumpleañero”, los fieles abandonaron el recinto para tomar camino por las principales calles del centro de Jaltepec, así como por las sendas de terracería entre campos de cultivo y granjas, casi colindantes con Acatlán.
Se realizó la tradicional procesión
Y es que después de dos años de pandemia por COVID-19 y pese a que en 2022 se retomaron los festejos patronales, fue hasta hoy que volvió a efectuarse la procesión con el recorrido total, un trayecto que duró poco más de una hora.
Durante el andar, vecinos salían a saludar a los peregrinos y hubo otros que se integraron a la procesión con cantos y plegarias. También, se detonaron cuetes a lo largo de todo el trayecto, para avisar a los jaltepequenses que la fiesta patronal había dado inicio. Por la tarde, se bendijeron animales como se acostumbra, además de que arrancaron los festejos ferieros con presencia de música, abundante comida, pan de fiesta y hasta juegos mecánicos.