/ domingo 25 de agosto de 2024

En Pachuca combinan arte, cultura y cuidado ambiental para crear jardines para polinizadores 

A través del proyecto Néctar se crea una ruta biológica que va desde el Barrio del Arbolito hasta Cubitos 

Con la combinación de arte, cultura y el cuidado por el ambiente el proyecto Fronda, crea una ruta biológica en Pachuca entre el Barrio del Arbolito y Cubitos, con la creación de microjardines que buscan convertirse en ambientes seguros para insectos y animales polinizadores, de los cuales, a la fecha, han creado siete, en colaboración de decenas de agrupaciones artísticas, científicos y especialistas en la materia, además de las áreas de Parques y Jardines, así como del Instituto Municipal de Cultura de la capital del estado.

César Damián, creador de este proyecto que se gestó hace cinco años, señaló que, para comprender esta estrategia de alto impacto ambiental, es esencial entender la importancia de los polinizadores entendiéndose entre estos a los insectos, quizá, el más popular, las abejas; pero también a una infinidad de escarabajos, además de los colibríes e incluso murciélagos.

Su importancia radica, dijo, en que de los 115 principales cultivos en el mundo que son consumidos por el humano, 87 dependen, de alguna manera, de la polinización y que, a medida que la población humana aumenta, la demanda de alimentos crece, por lo que, para aportar un granito de arena y promover la reproducción de estos insectos y animales, se propuso crear una ruta biológica para Pachuca con la creación de jardines para polinizadores.

Por lo que, a pregunta expresa, refirió: “Son espacios que lo mismo se pueden ubicar en una casa que en una escuela o en áreas públicas para sembrar plantas, preferentemente nativas, donde los polinizadores se pueden proveer de alimento, pero donde también tienen un refugio y agua”.

Señaló que, como artista visual, en coordinación con la pedagoga Elena Barba, se propusieron conjuntar el arte y la cultura para llegar a este fin a través del proyecto Fronda, agrupación que fomenta el arte contemporáneo y con la que buscan crear experiencias significativas para el hábitat.

“Concebimos la colaboración como instrumento para concretar procesos de regeneración social, donde el eslabón arte y sociedad es posible gracias a la participación de individuos, comunidad, organizaciones y en este caso con diversas áreas del Ayuntamiento de Pachuca”.

Bajo este entendimiento, dijeron, concibieron “Néctar”, un foro de arte y “polinización” que de la mano de artistas, científicos y especialistas implementan jardines polinizadores en la ciudad, gestados entre artistas, biólogos, jardineros, ciudadanos y vecinos.

Explicaron que a la fecha han creado de manera conjunta siete jardines, el primero en la calle Antonio Tagle, en el Barrio del Arbolito, y los siguientes a lo largo de cinco años en: El Callejón del Viento, en Narciso Mendoza; El Pasaje Comonfort, también en el Centro de la capital hidalguense; sobre la calle de Guerrero en la Plaza Juan C. Doria; en el Parque Hidalgo, donde instalaron 18 macetas artísticas; la escalinata que conduce al Centro de las Artes y la última creada durante el presente mes en el Jardín de la colonia Morelos.

Señalaron que estos espacios además de convertirse en un jardín para polinizadores, hacen las veces de foros para la presentación de exposiciones de arte y cultura, en las que este año destacó la participación del reconocido fotógrafo de origen español Javier Rupérez, quien fotografía insectos a nivel microscópico.

Precisaron que sería complejo detallar la cartelera de las actividades que se llevaron a cabo este año; no obstante, dijo, todos los encuentros han tenido una constante de meses de diálogos, talleres, exhibiciones e incluso la intervención de artistas que crearán piezas que se emplean en cada una de las áreas seleccionadas.

El trabajo, aseguraron, no para ahí, ya que también existe un profundo acercamiento con los vecinos, quienes son los protectores de estas áreas verdes y quienes reciben información de primera mano sobre la importancia de la polinización biológica para la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

“En paralelo los invitamos a explorar otras polinizaciones: la artística, la social, la urbana, persiguiendo sensibilizar y movilizar a la comunidad, a tomar acción, de lo individual a lo colectivo”.

Destacaron que la ubicación y el tipo de plantas que se emplean para estas intervenciones, como la efectuada en el Jardín de la colonia Morelos, donde plantaron una superficie de 242 metros cuadrados, es apoyado por especialistas e investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, quienes de manera personal se sumaron a este proyecto y emiten todas las recomendaciones para garantizar la sobrevivencia de estas áreas.

Mencionaron que para estas plantaciones se privilegian plantas nativas como: el Cempasúchil, la Dalia, otro tipo de flores comúnmente conocidas como campanilla, cosmos, salvia morada, pero también otras que tienen un uso medicinal; sin embargo, dijeron, también se introducen algunas especies consideradas exóticas, como la buganvilia, la lavanda, geranio, los malvones y las margaritas.

Por último, señalaron que con pasos cortos pero firmes, están sumando a más vecinos a este proyecto, pero también a científicos y artistas internacionales, quienes preocupados por el ambiente buscan sumar un granito de arena para promover la reproducción de los polinizadores.


Con la combinación de arte, cultura y el cuidado por el ambiente el proyecto Fronda, crea una ruta biológica en Pachuca entre el Barrio del Arbolito y Cubitos, con la creación de microjardines que buscan convertirse en ambientes seguros para insectos y animales polinizadores, de los cuales, a la fecha, han creado siete, en colaboración de decenas de agrupaciones artísticas, científicos y especialistas en la materia, además de las áreas de Parques y Jardines, así como del Instituto Municipal de Cultura de la capital del estado.

César Damián, creador de este proyecto que se gestó hace cinco años, señaló que, para comprender esta estrategia de alto impacto ambiental, es esencial entender la importancia de los polinizadores entendiéndose entre estos a los insectos, quizá, el más popular, las abejas; pero también a una infinidad de escarabajos, además de los colibríes e incluso murciélagos.

Su importancia radica, dijo, en que de los 115 principales cultivos en el mundo que son consumidos por el humano, 87 dependen, de alguna manera, de la polinización y que, a medida que la población humana aumenta, la demanda de alimentos crece, por lo que, para aportar un granito de arena y promover la reproducción de estos insectos y animales, se propuso crear una ruta biológica para Pachuca con la creación de jardines para polinizadores.

Por lo que, a pregunta expresa, refirió: “Son espacios que lo mismo se pueden ubicar en una casa que en una escuela o en áreas públicas para sembrar plantas, preferentemente nativas, donde los polinizadores se pueden proveer de alimento, pero donde también tienen un refugio y agua”.

Señaló que, como artista visual, en coordinación con la pedagoga Elena Barba, se propusieron conjuntar el arte y la cultura para llegar a este fin a través del proyecto Fronda, agrupación que fomenta el arte contemporáneo y con la que buscan crear experiencias significativas para el hábitat.

“Concebimos la colaboración como instrumento para concretar procesos de regeneración social, donde el eslabón arte y sociedad es posible gracias a la participación de individuos, comunidad, organizaciones y en este caso con diversas áreas del Ayuntamiento de Pachuca”.

Bajo este entendimiento, dijeron, concibieron “Néctar”, un foro de arte y “polinización” que de la mano de artistas, científicos y especialistas implementan jardines polinizadores en la ciudad, gestados entre artistas, biólogos, jardineros, ciudadanos y vecinos.

Explicaron que a la fecha han creado de manera conjunta siete jardines, el primero en la calle Antonio Tagle, en el Barrio del Arbolito, y los siguientes a lo largo de cinco años en: El Callejón del Viento, en Narciso Mendoza; El Pasaje Comonfort, también en el Centro de la capital hidalguense; sobre la calle de Guerrero en la Plaza Juan C. Doria; en el Parque Hidalgo, donde instalaron 18 macetas artísticas; la escalinata que conduce al Centro de las Artes y la última creada durante el presente mes en el Jardín de la colonia Morelos.

Señalaron que estos espacios además de convertirse en un jardín para polinizadores, hacen las veces de foros para la presentación de exposiciones de arte y cultura, en las que este año destacó la participación del reconocido fotógrafo de origen español Javier Rupérez, quien fotografía insectos a nivel microscópico.

Precisaron que sería complejo detallar la cartelera de las actividades que se llevaron a cabo este año; no obstante, dijo, todos los encuentros han tenido una constante de meses de diálogos, talleres, exhibiciones e incluso la intervención de artistas que crearán piezas que se emplean en cada una de las áreas seleccionadas.

El trabajo, aseguraron, no para ahí, ya que también existe un profundo acercamiento con los vecinos, quienes son los protectores de estas áreas verdes y quienes reciben información de primera mano sobre la importancia de la polinización biológica para la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

“En paralelo los invitamos a explorar otras polinizaciones: la artística, la social, la urbana, persiguiendo sensibilizar y movilizar a la comunidad, a tomar acción, de lo individual a lo colectivo”.

Destacaron que la ubicación y el tipo de plantas que se emplean para estas intervenciones, como la efectuada en el Jardín de la colonia Morelos, donde plantaron una superficie de 242 metros cuadrados, es apoyado por especialistas e investigadores del Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, quienes de manera personal se sumaron a este proyecto y emiten todas las recomendaciones para garantizar la sobrevivencia de estas áreas.

Mencionaron que para estas plantaciones se privilegian plantas nativas como: el Cempasúchil, la Dalia, otro tipo de flores comúnmente conocidas como campanilla, cosmos, salvia morada, pero también otras que tienen un uso medicinal; sin embargo, dijeron, también se introducen algunas especies consideradas exóticas, como la buganvilia, la lavanda, geranio, los malvones y las margaritas.

Por último, señalaron que con pasos cortos pero firmes, están sumando a más vecinos a este proyecto, pero también a científicos y artistas internacionales, quienes preocupados por el ambiente buscan sumar un granito de arena para promover la reproducción de los polinizadores.


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