Durante la temporada de invierno, principalmente en los meses de noviembre a enero, aumenta la probabilidad de intoxicación por monóxido de carbono, que se produce con el uso de estufas, hornos o braceros en lugares cerrados que usan algunas personas para mitigar el clima frío.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Protección Civil (CNCP), en México el mayor efecto de las bajas temperaturas de la época se percibe en 14 de los 32 estados de la República, incluido Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, San Luis Potosí, Estado y Ciudad de México.
En este sentido, la CNCP invita a la población a no usar hornos, estufas ni braceros dentro de la casa y, en caso de hacerlo piden mantener el lugar ventilado y revisar que no haya rejillas obstruidas.
También la CNCP exhorta a no dormir cerca de ningún tipo de calentador ya que producen monóxido de carbono, que es un gas sin olor, color y más ligero que el aire, tan peligroso que incluso puede causar la muerte.
“El monóxido de carbono no irrita las mucosas, pero puede provocar dolor de cabeza, mareos, pérdida de conocimiento y vómito; además, puede dejar secuelas neurológicas permanentes y ocasionar la muerte”, abundó la dependencia.
Para mitigar las bajas temperaturas, piden a las personas usar varias prendas, ya que calientan mejor que la ropa gruesa; comer frutas y verduras ricas en vitamina C y líquidos calientes que mantengan la temperatura corporal.
Las recomendaciones anteriores se deben aplicar principalmente a los grupos más vulnerables: menores de edad, enfermos crónicos, mujeres embarazadas y adultos mayores.
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En caso de que haya una sospecha de intoxicación, la CNCP exhorta a la población a ventilar el lugar y llamar a los servicios de salud o las autoridades de Protección Civil de la localidad, a fin de brindar la atención correspondiente.
Finalmente, la CNCP invita a la población a no descuidar a las mascotas, como perros o gatos, y también protegerlos del frío.