“Es una nueva vida” para Alan, de 15 años, y Emmanuel de 18, afirmó la directora de Área de Secuelas de la Fundación Michou y Mao, Fernanda Orellan.
Ambos, tras permanecer varios meses en el Hospital Shriners en Galveston, Texas, Estados Unidos, sobrevivieron a las quemaduras que les provocó la explosión de un ducto de PEMEX en Tlahuelilpan, el pasado 18 de enero de 2019.
Junto con Ámbar Solís, titular de Emergencias y Traslados, conocieron de cerca los esfuerzos que se realizaron para que los dos heridos, de cuatro que canalizaron a esa unidad médica especializada, pudieran regresar a sus respectivos hogares, Tlaxcoapan y Tetepango, aunque todavía no son dados de alta, pues deben continuar con sus citas en Galveston, en la Unidad Básica de Rehabilitación de Tula, Centro de Rehabilitación Integral de Hidalgo y la propia fundación.
Alan, “bien, evoluciona bien”, fue el primero en ingresar a Shriners, regresó con su familia el pasado 8 de noviembre, luego de una estancia de poco más de 4 meses, a donde deberá regresar en mayo para una cita, destacó Fernanda Orellan.
Será dado de alta cuando tenga 18 o 21 años, eso depende de cómo evolucione a su rehabilitación y tratamiento, indicó. Sufrió heridas en el 83% de su cuerpo.
Su mamá lo estuvo acompañando todo ese tiempo, ya que el Hospital en Texas así lo exige en su reglamento de estancia, si no sabe hablar inglés tanto ella como su hijo, hay servicio de traductor o parte del personal habla español, explicó.
Emanuel regresó el 31 de julio y en octubre tuvo cita en Galveston, para una cirugía en cara, terapia de rehabilitación y psicológica, describió. Presentaba el 72% de superficie corporal afectada por las llamas de aquel fatídico 18 de enero de 2019.
“Tiene muchas ganas de seguir adelante y estudiar, le encantan los videojuegos y montar a caballo. Su mamá lo apoya mucho”, dijo Fernanda, quien además dio a conocer que el 28 de enero tiene cita en el Centro de Rehabilitación Integral de Hidalgo.