Al fallecer por Covid-19 o por cualquier otra causa, sus bienes muebles e inmuebles se reparten a quienes se haya indicado en un testamento, de lo contrario, el deceso de una persona acarreará problemas a quienes quieran adjudicarse la herencia parcial o total, precisaron en el Colegio de Notarios Públicos y de Abogados de Hidalgo.
En el extremo de los casos, los reclamantes podrían pasar años peleando legalmente las propiedades hasta su acaecimiento y su ascendencia continuar el juicio, o contrariamente encontrar la solución que no tuvieron sus descendientes, comentaron los juristas.
Por eso es importante hacer un testamento, dijeron integrantes del Colegio de Notarios Públicos, pues hay ejemplos de quienes hace 20 años dejaron este mundo y sus parientes no pueden ponerse de acuerdo y disputan la herencia.
En esta vida, dijeron, hay quienes se creen con derechos porque pusieron un peso para comprar la casa, el mueble o el automóvil, por citar ejemplos; en otros casos porque le dieron mantenimiento, pagaron reparaciones o los tenían en posesión, y eso complica la asignación sin un documento que detalle a quién se adjudica cada pertenencia.
Hay situaciones que sin la voluntad del testador resulta fácil quién debe disponer, como sucede con viviendas que se están pagando mediante créditos hipotecarios (banco, Infonavit, Fovisste), donde el contrato asigna a un heredero en caso de muerte del contratante o cuando es un matrimonio, la o el esposo, pareja, lo tienen por derecho.
Los abogados recomendaron que cuando no hay cesión de bienes raíces y otras propiedades, acudir con un profesional del derecho para conocer los recursos legales de reclamo.
Si se muere intestado, la propiedad inmueble será distribuida de acuerdo con las leyes del estado, por lo general, el cónyuge recibe la mitad de la herencia y los hijos obtienen la otra mitad; si no hay herederos, toda la propiedad se trasladará al estado donde el patrimonio fue legalizado, coincidieron en orientar los profesionistas.