México es un país de contrastes, pues tiene una población heterogénea y el desarrollo físico es un ejemplo. Desde la Independencia y aún antes, hay marcadas diferencias en la estatura entre los habitantes del norte y del sur.
En general, los norteños han sido más altos que los sureños, acotó María Elena Sáenz Faulhaber, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, quien señala que es difícil establecer con exactitud cuánto medían los mexicanos de hace dos siglos, entre otras razones porque la cantidad de restos con los que se cuenta para hacer estudios son pocos o están muy fragmentados.
También es el caso para la época prehispánica. Sáenz refirió que con base en el fémur de una pierna o el húmero de un brazo, se puede inferir la estatura aproximada de un individuo. Entonces, “dependiendo de la región de la que se trate, vamos a encontrar distintas dimensiones”.