En un vivero estelar cercano llamado Nebulosa de Orión, estrellas jóvenes y masivas emiten luz ultravioleta lejana que irrumpe la nube de polvo y gas de la que nacieron, al romper moléculas, ionizar átomos y moléculas cuando eliminan sus electrones y calientan el gas y el polvo, fenómeno que será analizado por la NASA.
Esto, a través de un equipo internacional que utilizará el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, cuyo lanzamiento está programado para Octubre, y con el que estudiará una parte de la nube radiada llamada la Barra de Orión para aprender más sobre la influencia que las estrellas masivas tienen en sus entornos, e incluso en la formación de nuestro propio sistema solar.
"El hecho de que las estrellas masivas dan forma a la estructura de las galaxias a través de sus explosiones como supernovas se conoce desde hace mucho tiempo. Pero lo que la gente ha descubierto más recientemente es que las estrellas masivas también influyen en sus entornos no solo como supernovas, sino a través de sus vientos y radiación durante sus vidas", dijo uno de los principales investigadores del equipo, Olivier Berné, científico investigador del Centro Nacional Francés de Investigación Científica en Toulouse.
La Barra de Orión es en realidad una característica similar a una cresta de gas y polvo dentro de la espectacular Nebulosa de Orión. A poco más de 1.300 años luz de distancia, esta nebulosa es la región de formación estelar masiva más cercana al Sol. La Barra de Orión es representativa de lo que los científicos creen que fueron las duras condiciones físicas de las PDR en el universo hace miles de millones de años. "Creemos que en este momento, había 'Nebulosas de Orión' en todas partes del universo, en muchas galaxias", dijo Berné.
"Creemos que puede ser representativo de las condiciones físicas en términos del campo de radiación ultravioleta en las llamadas 'galaxias de explosión estelar', que dominan la era de formación de estrellas, cuando el universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual".