El casco de la antigua Hacienda de Temaxcalillos es un emblemático lugar lleno de historia y cultura que no resistió el paso del tiempo, ahora es un patrimonio en ruinas, pero a pesar de ello se tiene la sensación de que en cada uno de sus muros se cuenta una historia en cualquier rincón de ella.
En el poblado de Temaxcalillos, municipio de Metepec se ubican los restos de esta ex hacienda que conserva un monumento histórico, que es la iglesia, la cual alberga un conjunto de pinturas al fresco que la convierte en un lugar trascendental por su decoración pictórica.
Esta edificación fue posiblemente construida en el año de 1888, aunque se tiene como referencia otra fecha ubicada en un grabado ubicado en lo alto de la iglesia que da como testimonio que fue en el año de 1904, cuando acudió el obispo a hacer la bendición de la misma.
En la actualidad conserva restos que dan idea de la conformación general de su casco principal, construido en su totalidad de adobe, teja y madera, pero sin duda lo que más se conserva es su iglesia.
Para darse idea de la grandeza de esta hacienda, hasta antes de la Revolución comprendía desde la comunidad de Tortugas hasta Temaxcalillos, pero después de este conflicto armado se hicieron dos ejidos el de Temaxcalillos y Tortugas, ya que de acuerdo a las leyes no podría haber propiedades de más de cien hectáreas.
El hacendado, el doctor Jesús Galindo fue el dueño de la hacienda, pero después de la Revolución la vendió, debido a que ya no era rentable y la adquirió el señor Agustín Solís Leyva.
Tuvo su auge entre los años de 1890 y 1900, ya que después de la Revolución se hizo la expropiación, reduciéndose la hacienda, por lo que el doctor decidió irse y venderla al señor Agustín Solís Leyva, pero ya era una fracción más pequeñas en proporción a lo que era.
De acuerdo con Otzare Olvera Solis, bisnieto del señor Agustín Solís, en su momento fue un gran centro de producción pulquera, aunque la hacienda era mixta, ya que también fue agrícola y ganadera.
"De las haciendas pulqueras en ese tiempo era una de las más importantes en la producción pulque, de aquí se surtia a la sierra Otomí-Tepehua, también para Agua Blanca y Zacualpan venían los arrieros a las 4 o 5 de la mañana con sus mulas para llevarse la bebida de los dioses", explica.
Hasta la fecha, lo que queda de la hacienda es propiedad de la familia Solís, ya que el señor Agustín Solís se la heredó a sus tres hijos Raúl, Gabino y Enrique. En sus paredones que aún se mantienen de pie se pueden identificar espacios como la casa principal en ruinas, un depósito de agua, el patio y lo que eran los graneros.
La casa del hacendado era de dos niveles y contaba con una singular escalera que conducía a los dormitorios en el segundo piso y hasta un torreón, aunque dado el deterioro actual, solo queda un trozo de historia entre sus vestigios.
"Prácticamente ya nada se conserva de la hacienda, lo que ahora es el frente, es donde antes eran los graneros, tinacales y la construcción principal donde vivía el hacendado, era de dos pisos", cuenta.
Como parte de su esplendor, en su interior tenía un patio grande, corrales para el ganado y tinacales muy amplios, además de que contaba con un sistema hidráulico curioso.
De acuerdo con la arquitectura que se conserva, la iglesia y la hacienda estaban enlazados, ya que para subir al campanario, la misma escalera, pero del lado contrario conducía hacia la casa principal.
La iglesia deslumbra por sus frescos
La iglesia perteneciente a la antigua hacienda que venera a la Virgen de Dolores, es sin duda uno de los monumentos históricos más impresionantes y deslumbrantes de este lugar, ya que a pesar de que han pasado cerca de 120 años destacan en su interior impresionantes pinturas murales.
Las obras artísticas que decoran las paredes de este recinto son interesantes frescos que resaltan el símbolo del Sagrado Corazón de Jesús y la abreviatura "IHS" etimología latina que significa Jesús Salvador de los Hombres.
En la parte de arriba se pueden leer leyendas como "Dulzura Espiritual", "Fuente de Sabiduría", "Vínculo de Piedad", "Medicina de las Almas", "Misterio de la fe", "Cáliz de bendición" entre otras.
En las paredes se puede vislumbrar como la ornamentación pictórica interior incluye numerosas pinturas murales, en lo que se observan varios de los pasajes de la vida de Cristo. Su arquitectura neoclásica hace de este lugar inigualable.
En el altar en el que se encuentra la Virgen de Dolores está aparentemente custodiada por cuatro arcángeles y una leyenda que dice: Adora ¡Oh fe mía! A tu Dios presente. Y enciende la mente de inmensa piedad.
Fiesta Patronal este próximo 22 de marzo
A pesar de que la fiesta de la Virgen de los Dolores se celebra cada 15 de septiembre, en la comunidad de Temaxcalillos realizan un pequeño festejo comunitario el Viernes de Dolores, es decir uno antes del Viernes Santo, que para esta ocasión será el próximo 22 de marzo.
La Exhacienda de Temaxcalillos es una de las riquezas históricas y culturales con las que cuenta Hidalgo.