Finalmente llamarán a comparecer al exalcalde de Tulancingo, el priísta Fernando Pérez Rodríguez, por su probable responsabilidad en la diligencia para la construcción del Parque Aventura, proyecto observado por la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH) ejercido en la administración 2016-2020.
Así lo confirmó el todavía contralor del gobierno municipal de Tulancingo, Salvador González Cruz, al señalar que la audiencia tendrá sede en la Presidencia Municipal el próximo dos de septiembre.
“Ya se mandó a traer a los que están involucrados. El proceso sigue y el dos de septiembre estarán las autoridades de Contraloría, es decir, la Investigadora, la Sustanciadora y Resolutoria, para determinar el grado de la falta (...) no por término de la administración se le va a dar carpetazo”, determinó el funcionario.
Toda vez que el ex alcalde acudió la semana pasada al Ayuntamiento por la notificación, “el día dos de septiembre el licenciado Fernando Pérez tendría que venir aquí (junto con) la Constructora, el tesorero y el (ex) encargado de Obras Públicas”, recordó González Cruz. Refrendó también que estos procedimientos se derivan de las observaciones hechas por la Contraloría del Estado así como por la ASEH.
Anunciado como una de las magnas obras de la administración municipal de Fernando Pérez, este proyecto fue declarado inoperante por el gobierno de Hidalgo en junio de este año, por lo que no solo deben devolverse al erario los más de 6 millones de pesos que se le invirtieron, sino que será la autoridad estatal la que finque responsabilidades ya sea contra la administración 2016-2020, o bien, contra la empresa que lo desarrolló.
Iba a contar con un circuito de 14 retos aéreos, a través de un recorrido en espacios diseñados especialmente para ello. Se esperaba que operara durante el primer semestre de 2020 y funcionara como un polo de desarrollo para los barrios aledaños al Cerro del Tezontle, una de las regiones altas de la ciudad.
Hasta la fecha, se mantiene la infraestructura de dicho parque, como la tirolesa, muros de escalar, redes, puente de cuerdas, islas y troncos flotantes, escalera de columpios colgantes, vigas y salto al vacío, entre otros. Sin embargo, dicha infraestructura no puede ser vendida porque se trata de un bien público, pero tampoco puede ser modificada físicamente, pues nunca se entregó oficialmente a las autoridades.
En palabras del actual contralor, “es una de las observaciones más grandes” que arrastró el gobierno de Tulancingo por casi toda la actual administración.