Aunque celebran que el gobierno municipal de Tulancingo haya reducido los horarios para venta de alcohol, Alcohólicos Anónimos de la región, así como el titular del Centro de Cultura Emocional de la Familia, refirieron que no basta con esa medida para realmente ver un impacto en esta práctica, pues se requieren estrategias más profundas y formativas.
En primera instancia, Jaime Olvera Hernández, director del mencionado centro adscrito al DIF municipal, refirió que el consumo juvenil de alcohol se debe principalmente a que en la región del Valle de Tulancingo no hay centros recreativos, además, los parques y polígonos no tienen vigilancia y entonces se tornan en puntos de reunión para el consumo de sustancias.
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“Nosotros como institución apoyamos (el recorte) porque en el sentido de que entre menos acercamiento tengan los jóvenes es mejor, pero aquí también influyen los papás, a los papás se les hace fácil pensar que porque un chico tiene 18 años son dueños de sus decisiones, pero no tienen esa madurez (...) en esta ciudad hay bares por todos lados”, expresó.
Clausuras definitivas serían una buena sanción contra establecimientos que vendan alcohol a jóvenes, apunta. En general, en este centro atienden a 20 personas con problemas de alcoholismo al mes, la gran mayoría menores de 25 años de edad. Los focos rojos en este tema, por “consumo excesivo y venta básicamente cínica” son Santa Ana Hueytlalpan, la zona alta de Metilatla, el PST, y los límites territoriales entre Tulancingo y Santiago Tulantepec.
Por otro lado, Marisela N., líder de Alcohólicos Anónimos en el Valle de Tulancingo, señaló que la reducción de horario para venta de alcohol promoverá prácticas indebidas, ya que según su experiencia, una persona adicta buscará los medios necesarios para conseguir la bebida.
“Las prohibiciones no han afectado en nada al consumo, al recortar una hora cuando existe una adicción pues lo consiguen una hora antes o da pie a que haya más sobornos (...) al alcohólico por una reducción de una hora no le afectaría”
Enviar a jóvenes en potencial adicción a reuniones preventivas o incluso a rehabilitación, así como exigir esta recuperación para trámite de licencias o permisos de conducir, puede ejercer mayor presión que la reducción de horarios de venta, apuntó.
“El gobierno debería proteger a la juventud con una sanción, cuando un directivo de una escuela note que hay un problema de alcoholismo lo mande a juntas preventivas, que les retengan su licencia, que cumplan con esas juntas para que se les otorgue un permiso. Un regaño de los padres no ha funcionado”
