TULA DE ALLENDE, HGO.- "Todavía sufrimos la ausencia de nuestro padre Álvaro Martínez Rodríguez, quien falleció el año pasado y tiempo antes padeció la enfermedad del Covid-19, y por esta razón le venimos a dejar flores y limpiar la tumba donde descansan sus restos y hacer una oración en su honor".
Así lo expresaron, ayer, las hermanas Mireya y Angélica Martínez González, luego de que visitaron el sepulcro de su ser querido que se localiza en el panteón El Huerto, de esta ciudad, dentro de la celebración del Día de Muertos.
Acompañadas de la nieta del difunto, Marcela Arellano Martínez, las mujeres coincidieron en decir que su progenitor antes de padecer el coronavirus, sufría de problemas de circulación, tiroides y próstata.
Sin embargo, por su edad ochenta y nueve años y sus defensas bajas dejó de comer, a pesar de que si superó el Covid-19, y finalmente falleció el día 31 de julio del año 2021.
“El médico nos dijo que si él hubiera comido estuviera bien y vivo, además que se cayó el solo pues tenía osteoporosis en la columna y se fisuro tres vértebras y eso lo postró en la cama y provocó se deprimiera antes de padecer el Covid-19” dijeron las hermanas.
Refirieron que algunos de los integrantes de su familia se contagiaron del coronavirus, sin embargo, la “libraron” gracias a Dios y la Virgen de Guadalupe.
Incluso, citaron las hermanas, dos enfermeras se rolaban turnos para cuidar a su padre, sin embargo, no se enfermaron.
Mireya y Angélica recordaron que su padre en vida fue un hombre responsable y trabajador, ya que tenía tortillerías y él mismo las atendía hasta donde pudo.
“Él estaba acostumbrado a siempre andar en movimiento y en la calle, sino fue hasta que cayó en cama que cambio su vida completamente antes de padecer del Covid-19” señalaron las entrevistadas.
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Recordaron con tristeza que su progenitor Álvaro Martínez Rodríguez era poeta y le gustaba declamar e incluso compuso un poema dedicado a la mujer.