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Este jueves fue el "mero día" para la comunidad indígena de San Pedro Tlachichilco en el Pueblo Mágico de Acaxochitlán, pues rindieron culto a sus santos patronos, San Pedro y San Pablo. Ambas figuras religiosas representan gran importancia para el catolicismo, pues de acuerdo con la Biblia, fueron los apóstoles de Cristo que se dedicaron a la propagación del Evangelio y a la posterior fundación de la Iglesia Católica; por ese motivo, son los santos patronos de Roma, sede del Vaticano.
En el sentido local, habitantes de San Pedro revistieron sus calles con múltiples colores que envolvían a la feria patronal, donde como se acostumbra, se ofrecieron diversos tipos de alimentos, bebidas y también artesanías. Toda vez que Tlachichilco es una de las comunidades indígenas de Acaxochitlán y la única de ascendencia otomí, abundan los bordados artesanales en las prendas que portan principalmente mujeres; por ello, no es extraño escuchar en el andar cotidiano conversaciones tanto en otomí como en español.
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La plaza donde se alberga al templo de San Pedro y San Pablo recibió por la mañana a artesanos que construyeron un tapete monumental en honor a los patronos, alfombra que más tarde engalanó la procesión previa al arranque de la misa de una de la tarde. A este encuentro acudieron aproximadamente 500 personas, aunque cabe mencionar que la gran mayoría de ellos iban acompañados de sus hijos e hijas infantes. Cientos de niños en brazos que al término de la misa, recibieron la bendición de las llaves de San Pedro.
Esta tradición consiste en que a través de las manos de un sacerdote, quien a su vez porta las llaves de la imagen de San Pedro, bendice y pide la intercesión del santo para darles salud, bienestar en su cuerpo o auxiliarlos en caso de enfermedad o discapacidad. Recorriendo con las llaves primero sus manos, luego su pecho, luego sus orejas y al final su boca, también se cree que con este ritual se logra que infantes que todavía no hablan, puedan hacerlo pronto. Al menos 150 niños se formaron junto con sus padres y familiares para formar parte de este único momento.
Finalmente, la gran mayoría de asistentes a la misa participaron en la procesión que recorrió casi 4 kilómetros a la redonda del perímetro de San Pedro. Con una atmósfera de incipiente fiesta gracias a los sonidos de la banda de viento que llegó desde antes de la celebración eucarística, el clima favoreció para que la caminata no se sintiera pesada y fieles llegaran nuevamente al templo para ahora sí, darle rienda suelta a los festejos feriales que albergaron peleas de gallos, quema de pirotecnia y por supuesto, el clásico baile que engalanaron Los Askis.
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San Pedrito en Agua Blanca también festejó en grande
Con fervor y algarabía, pobladores de la comunidad de Ranchería San Pedrito, Agua Blanca, celebraron a su Santo Patrono, San Pedro y San Pablo, una de sus máximas festividades religiosas.
En punto de las cinco de la madrugada, decenas de personas presenciaron y entonaron las tradicionales mañanitas en honor a su santo patrono y al mediodía, el párroco Jaime Patiño Zamora ofreció una misa religiosa que se enmarcó de solemnidad.
Como es tradición, los comuneros realizaron un gran convivio, en donde no pudo faltar el itacate preparado por mujeres de la comunidad para este festejo, también hubo cervezas y aguardiente.
La iglesia emblemática de la comunidad lució un enorme arco floral en el atrio, mientras que en la inmediaciones del lugar, se instalaron diversos puestos de feria, sobre todo de comida para el disfrute de las familias.
Los cohetones, los juegos pirotécnicos, el baile con banda y las danzas, recordaron a la Ranchería de San Pedrito, que es momento de celebración, festejo y tradición, que como tal, los habitantes, disfrutaron y presenciaron esta gran festividad religiosa en honor a San Pedro y Pablo.
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