Fue hace 26 años, en 1996, que se celebró por primera vez el Día Mundial de la Fisioterapia, con el objetivo de reconocer la importancia de esta metodología curativa que contribuye a través de diversas técnicas a minimizar el dolor, mejorar la movilidad de los tejidos, ayudar a las personas a retomar sus actividades diarias y con ello a tener una mejor calidad de vida.
Marisol Vázquez Báez, quien se desempeña como terapeuta ocupacional desde hace dos décadas y quien se ha desarrollado profesionalmente en unidades como el Centro de Rehabilitación Integral de Hidalgo (CRIH), el Centro de Rehabilitación Integral Teletón Hidalgo (CRITH) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseveró que, ante la necesidad de ofrecer alternativas médicas durante la Segunda Guerra Mundial, se crearon departamentos de medicina física.
Entre estos, dijo, la terapia ocupacional, a través de la cual, se buscaba reducir en el paciente dos cosas principalmente: las tensiones musculares y aliviar el dolor.
En corto tiempo, señaló, se buscó ampliar este esquema, coadyuvando además a mejorar la movilidad de los tejidos, la calidad del movimiento, evitar el riesgo de lesiones, relajar el cuerpo y la mente; mejorar el descanso y la calidad del sueño; incrementar la sensación de bienestar y aportar vitalidad.
Con el paso de los años, mencionó la terapia física comenzó a especializarse de tal manera que a través de áreas como la ocupacional se atienden a pacientes que han sufrido trastornos cerebrales, como un accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple o parálisis cerebral; dolores crónicos, a quienes han tenido una cirugía mayor en huesos o articulaciones, quemaduras graves, amputación de extremidades y casos de artritis degenerativa.
Aseguró que, la fisioterapia y el ejercicio físico son una posibilidad terapéutica para mejorar la salud a través de su puesta en práctica.
Sin embargo, añadió que la terapia física no solo interviene cuando ya existe un malestar, sino que también tiene un área preventiva.
“Nuestro cuerpo y mente funcionan conjuntamente, es por ello que ciertos estados pueden generar cambios físicos en el cuerpo desarrollando mayor predisposición a sentir dolor y a lesionarse”.
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Finalmente, refirió que, toda persona que haya sufrido alguna lesión que comprometa músculo, huesos o tendones, debe acudir a fisioterapia, para que su cuerpo no se resienta, pierda movilidad o reaprenda como realizar ciertas tareas que podía realizar de manera orgánica.