Emelia Cordero es una vendedora de pulque, y otros alimentos provenientes de la naturaleza, que los días jueves y domingos se levanta a las 5 de la mañana para extraer esta ancestral bebida y venderla en la plaza de Tulancingo.
La mujer, originaria de La Peñuela, localidad cercana a Acatlán, contó que cuando aún está oscuro, toma su herramienta y galones o botellas para ir al maguey y sacar de él aguamiel y pulque.
“En las mañanas, a las cinco de la mañana, me llevo mi lámpara y me voy al maguey”, relató.
Es así como los días de la plaza grande de Tulancingo, la señora Cordero llega con 17 litros de pulque y agua miel, aproximadamente a las 9 de la mañana coloca su puesto de la bebida natural y algunas otras verduras que cosecha.
Debido a lo delicioso de su pulque, contó que en aproximadamente en un lapso de 40 minutos ya vendió todos los litros de ambas bebidas.
Sin embargo, para Emelia Cordero un buen pulque no debe estar baboso ni dulce sino por el contrario, su sabor debe ser ácido y fuerte.
“Todo el tiempo está dulce y bien baboso, este no, este está fuerte. Cuando se acaba la fuerza del agua miel se hace fuerte, medio agrio (...) Cuando tiene asientos bien blancos y bonitos, ese es el bueno, el otro que está como rojito, medio rosita, ese no está bueno”, explicó Cordero.
La mujer destacó las propiedades curativas que se le atribuyen al pulque, una de ellas es que puede controlar naturalmente la diabetes si se toma en ayunas y “bien fuerte y ácido para que corte eso”.
Mientras que sus asientos pueden usarse como mascarilla, según contó la señora Cordero, para eliminar manchas de cualquier tipo; explicó que se deja toda la noche y al día siguiente el rostro se lava y a causa de este tratamiento natural, queda muy suave.