Hasta mil pesos podrán gastarse en la preparación de un ciento de tamales este jueves dos de febrero, de acuerdo con estimaciones hechas en un sondeo por la región del Valle de Tulancingo. Y es que según la tradición mexicana y católica, en esta fecha se conmemora la presentación de Jesucristo en el templo después de la cuarentena de su nacimiento. Además, según precisó el historiador de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún, es una fecha cercana al 12 de febrero, día del nacimiento o presentación del Sol en el calendario azteca.
En este sentido, la cocinera Sonia Gómez mencionó que por ejemplo, para la preparación de unas 80 piezas, el gasto puede ascender a los 700 pesos. Lo anterior considerando que el manojo de hojas cuesta, en promedio, 80 pesos; el kilo de manteca ronda los 60 pesos; además, para esta cantidad se ocupan regularmente cuatro kilos de masa por los que hay que pagar 100 pesos.
Asimismo, habrá que destinar cerca de cien pesos en caso de que los tamales sean de pollo para una pieza de pechuga de tamaño considerable; 180 pesos para la preparación de salsas verde, guisado de rajas o en su defecto mole. Igualmente, un elemento imprescindible es el gas, del cual se gastarán aproximadamente 150 pesos. En caso de prepararse con otro combustible, como puede ser carbón, dicho monto bajaría aproximadamente a 80 pesos. Igualmente, podrían salir otros ingredientes extras como pueden ser pasas para los de dulce y colorante, entre otros, por lo que “destinaremos unos 50 pesos”, señaló la experta.
Y es que a lo largo de los años, esta tradición se relaciona también con el inicio de la temporada de siembra. Por dicho motivo, los aztecas realizaban rituales honrando a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl, para los cuales preparaban diferentes productos elaborados con maíz (como podían ser tamales) para ofrendar a los dioses.
Sin embargo, luego de la Conquista, esta y muchas otras costumbres indígenas se mezclaron con rituales católicos, como es el caso de la fiesta de La Candelaria. Dicha celebración da inicio con la Navidad y termina el dos de febrero, cuando tradicionalmente se levanta el nacimiento y se viste la imagen del Niño Dios para presentarlo y bendecirlo ante la Iglesia. En México, este día es cuando a quienes les salió “el niño” durante la partida de Rosca de Reyes el seis de enero, se convierten en “padrinos” y por tanto deben ofrecer una fiesta para levantar al niño del pesebre y por tanto, deben invitar los tamales. Dicho platillo sirve como ofrenda para el Niño Dios como en la antigüedad se hacía para Quetzalcoatl, Tláloc y Chalchiuhitlicue.