Hace 101 años había 8 boticas en Tulancingo 

A este lapso de tiempo sólo ha sobrevivido una: “La Central”

Alejandra Soto / El Sol de Tulancingo 

  · lunes 15 de julio de 2024

Al entrar a esta botica, el olor a diversos ungüentos y aceites te transportan a otra época. / Eduardo Islas / El Sol de Tulancingo

La Central es la única sobreviviente de establecimientos dedicados a la venta de medicina tradicional en Tulancingo, pues con el paso de los años fue la que no sucumbió y de los ocho locales similares que existían en el municipio, solo este comercio sigue prestando sus servicios como botica y farmacia.

En ella aún se pueden encontrar pomadas, esencias. aceites, lociones, espíritus de untar y tomar, bases para cremas, fórmulas magistrales y dermatológicas para distintos remedios que buscan eliminar padecimientos.

Este tipo de servicio es cada vez más escaso y por ende es muy requerido por muchas personas que aún confían en antiguas combinaciones de ingredientes.

La historia

Imaginemos a un hombre en pleno siglo XVI, preparando una pócima con diversas hierbas y minerales, en un lugar lleno de matraces, pinzas, botellas, frascos, morteros, botes y una hornilla; considerado también como oficina, tienda o laboratorio farmacéutico, se encuentra en una botica, luchando contra las enfermedades o los invisibles ejércitos de la muerte, justo así era comprar medicamentos hace varios cientos de años.

En el año 1923, existían ocho boticas o droguerías en el municipio de Tulancingo, de las cuales, al momento, solo sobrevive una, de acuerdo con información del archivo histórico municipal, María Luisa Ross Landa.

“Para los efectos del Decreto Municipal 2022, que reglamenta el número 78, expedido por el H. Congreso del Estado, las boticas de esta ciudad, se consideran números en la forma siguiente..”, se lee en el decreto centenario.

En el mismo documento se detalla que habían ocho boticas con los siguientes nombres y propietarios:

  1. “La Central” del Sr. Enrique Ballesteros

  2. “Los Angeles” del Sr. Jesús Romero Cossío

  3. “Cuauhtémoc” del Sr. Emigdio Osorio

  4. “Guadalupana” del Sr. Francisco Bernal Castañeda

  5. “Mexicana” del Sr. Jesús García

  6. “La Salud” del Sr. Francisco Rosales Monter

  7. “Internacional” del Sr. Enrique Rodriguez

  8. “La Caridad” del Sres. Silva y Espinoza

Además de especificar que, a partir del domingo 4 de febrero, deberían de cubrir y abrir en ciertos horarios establecidos.

“Por lo tanto, las boticas 1 y 2, cubrirán el turno correspondiente al domingo 4 del actual, y así sucesivamente en orden progresivo. Los establecimientos en que se expanden bebidas cerrarán a las trece horas”, pormenoriza el documento en resguardo.

De las ocho boticas que había en ese entonces, únicamente sobrevive “La Central”, botica ubicada en el mero centro del corazón de Tulancingo, a un costado de un famoso estacionamiento.

Ante el surgimiento de las boticas, el emperador Carlos V fundó en 1538 cátedras de medicina en las universidades recién establecidas en las Indias, con el fin de intercambiar y aportar conocimientos con “la noticia, la comunicación y comercio de algunas plantas, hierbas, semillas y otras cosas medicinales” (Losana, 1994: 128). Asimismo, ordenó a las autoridades que realizaran visitas periódicas para controlar la elaboración de medicinas, el cultivo de plantas medicinales y la inspección de boticas (ibid.), pero en múltiples ocasiones las hicieron personas totalmente ajenas a esta disciplina, como miembros de los cabildos o concejos.