El proyecto de Mariana Aguilar y Ramsés Franco de “Hagamos composta Pachuca”, en el que 40 familias de la capital pagan por transformar sus desechos orgánicos en abono, atrajo la atención de la Secretaría del medio ambiente y recursos naturales de Hidalgo (Semarnath), y están dispuestos a que sea de carácter estatal.
Narraron que esta acción ambientalista tuvo su origen en Toluca, Estado de México, con su primo Gerardo Montes de Oca, y ya tiene replicas en varias entidades, pero aún le falta más cobertura para lograr un beneficio mayor de anticontaminación y aprovechamiento, indicaron la pareja de novios.
Mariana, educadora, y Ramsés, abogado en derecho energético, consideraron que “el granito de arena” que aportan para mitigar el cambio climático no es suficiente, por lo que aceptarían compartirlo con un gobierno municipal o la Semarnath.
Las 40 familias inscritas, son de estratos económicos opuestos, indicaron, pues viven en sectores como calle Abasolo, colonia Parque de Poblamiento, zona Plateada, Matilde, quienes después de entregar 15 cubetas con su basura orgánica, reciben la 16, que es una cubeta de mayor tamaño, llena de composta.
Precisaron que no se trata de heces, es puro desperdicio de la cocina y tardan seis meses en crear el abono.
Al inscribirse al proyecto reciben dos cubetas, grande y chica, la segunda es para colectar los residuos y según acuerden, a la semana o quincenalmente recogen la cubeta grande llena de la basura, además les entregan a la familia un listado de lo que pueden echar a la cubeta chica, describieron.
Además de que tienen presencia en algunos estados de la República, abrieron sucursal en Honduras, donde estudió la carrera ambientalista y maestría el fundador del proyecto.
A través de redes digitales se promueven, y a tres años y medio de iniciar, ya consiguieron colectar a nivel nacional un millón de kilos que se transformaron en composta, que la gente usa en su mayoría para su jardín, aunque a gran escala y demanda la agricultura sería un nicho, consideraron.