En la comunidad de Dajiedhi, municipio de Actopan, que se encuentra sobre el libramiento de este municipio, a media hora de la capital hidalguense, los productores de barbacoa se organizaron para imponer esta marca.
En esta población tienen como una de las fuentes principales de empleo el horneo de la barbacoa, en el centro de la comunidad hicieron un hoyo de piedra volcánica de cuatro metros de circunferencia y 1.2 metros de profundidad.
Para poder tapar este horno se tuvieron que cortar más de dos mil pencas, pelarlas y acarrear varios viajes de piedra china que son calentadas a más de setenta grados centígrados, hasta que estén al rojo vivo.
Un mar de familias enteras de las comunidades aledañas, así como de otros municipios conurbados, se dieron cita en esta feria patronal en honor al Divino Salvador.
Los barbacoyeros esperaban 3 mil asistentes a este festín, pero la convocatoria sobrepasó las expectativas, tan sólo para poder llegar al lugar donde enterraron a los borregos y pollos se tenía caminar más de veinte minutos, y después avanzar a paso a paso por ríos de personas que iban y venían en busca de degustar este platillo hidalguense por excelencia.
Mientras caminabas por los pasillos de esta tradicional fiesta de pueblo, se podían observar curiosidades que sólo se pueden disfrutar en estos lugares, algunos disfrutaban de elotes untados con mayonesa y queso, mientras que los vendedores de pan de feria promovía su deliciosos bocadillos.
La feria sobrepasó las expectativas, por lo que algunos asistentes no alcanzaron a deleitarse de este exquisito platillo, por lo que decidieron disfrutar de los eventos culturales, sociales o religiosos, como las carreras de caballos, las ceremonias religiosas, o el baile popular.
Este reto de hornear la barbacoa más grande del mundo, es un hecho que requirió muchas horas de trabajo y esfuerzo, por lo que los asistentes y funcionarios públicos reconocieron la labor de los barbacoyeros.