Contrario a la opinión de varios médicos que dicen a pacientes que el hígado graso es "inofensivo", el hepatólogo hidalguense, Raúl Contreras Omaña, afirmó lo contrario y en un período de 15 a 20 años se puede perder el hígado por cirrosis hepática, alertó durante una conferencia virtual.
Como integrante del Centro de estudio e investigación en enfermedades hepáticas y toxicológicas, estuvo acompañada de la nutrióloga Mariel Belem, quien organizó la transmisión virtual, en la que precisó el especialista que en Europa, Estados Unidos y México, principalmente la cirrosis hepática es consecuencia del alto consumo de bebidas alcohólicas; en Asía es la hepatitis B.
El hígado graso es asintomático y puede desarrollar la cirrosis, por eso es importante que ante “cualquier enfermedad que dañe el hígado poco a poco por tiempo suficiente va acabar desarrollando una cirrosis” en un periodo promedio de 15 a 20 años, aunque hay personas que en menor tiempo.
Un ultrasonido puede detectar un hígado graso, que lo causa la mala alimentación y alto contenido en grasa animal, como los tamales. Si hay un abultamiento abdominal o sobrepeso, hay que acudir con el médico, recomendó.
La cirrosis hepática consta de dos etapas: la compensada “que no hay molestias” y la descompensada donde hay presencia de vómito con sangre, retención de líquidos y sangrado de nariz, desorientación, confusión, entre otros, que citó.
A diferencia del pasado, destacó, es que es curable o reversible si se acude y se sigue el tratamiento que puede durar más de 10 años, mejorando la calidad de vida. Entre la fase compensada para evolucionar a la descompensada puede pasar de tres a cinco años, estimó.
La nutrióloga sugirió cuidar la alimentación y en caso de pacientes diagnosticados, es importante conocer “el soporte nutricional” para no desencadenar síntomas más graves.