/ domingo 27 de junio de 2021

Horno para cremar animales, olvidado

Monumento histórico y medida de salud pública para no tirar a la barranca animales de carga muertos

En el abandono luce el antiguo Horno de Cremación de Animales, construido en 1884 y designado como "monumento histórico", pero que no ha sido delimitado en su área para su protección, indicaron integrantes del Comité de Conservación y Preservación del Centro Histórico de Pachuca.

Su importancia resalta debido a que pertenece a la época minera de la ciudad y, a su vez, fue una medida de salud pública porque los animales de carga que morían eran tirados a las barrancas o periferia de Pachuca, convirtiéndose en un problema para los habitantes.

El sitio, localizado en la avenida Río Amajac, fraccionamiento Terrazas, muy cerca del Río de las Avenidas, sirvió para la cremación de caballos, mulas, burros, entre otros animales, que eran utilizados para carga de materiales extraídos de las minas y que por el arduo trabajo y mala alimentación constantemente se morían, significando un problema ambiental y de salud.

Los del Comité de Conservación explicaron que a pesar del tiempo de abandono se ha mantenido y que es parte del patrimonio histórico de la capital, pero que es necesario que se delimite su zona, pues todavía se puede apreciar la arquitectura del horno, el cual fue construido lejos de las viviendas pero hoy está dentro de vialidades muy concurridas.

De acuerdo a la Ruta Arqueológica Minera la primera incineración se realizó un 17 de marzo con un cadáver de un caballo que pesaba 207 kilogramos y fue reducido a dos kilos.

En el abandono luce el antiguo Horno de Cremación de Animales, construido en 1884 y designado como "monumento histórico", pero que no ha sido delimitado en su área para su protección, indicaron integrantes del Comité de Conservación y Preservación del Centro Histórico de Pachuca.

Su importancia resalta debido a que pertenece a la época minera de la ciudad y, a su vez, fue una medida de salud pública porque los animales de carga que morían eran tirados a las barrancas o periferia de Pachuca, convirtiéndose en un problema para los habitantes.

El sitio, localizado en la avenida Río Amajac, fraccionamiento Terrazas, muy cerca del Río de las Avenidas, sirvió para la cremación de caballos, mulas, burros, entre otros animales, que eran utilizados para carga de materiales extraídos de las minas y que por el arduo trabajo y mala alimentación constantemente se morían, significando un problema ambiental y de salud.

Los del Comité de Conservación explicaron que a pesar del tiempo de abandono se ha mantenido y que es parte del patrimonio histórico de la capital, pero que es necesario que se delimite su zona, pues todavía se puede apreciar la arquitectura del horno, el cual fue construido lejos de las viviendas pero hoy está dentro de vialidades muy concurridas.

De acuerdo a la Ruta Arqueológica Minera la primera incineración se realizó un 17 de marzo con un cadáver de un caballo que pesaba 207 kilogramos y fue reducido a dos kilos.

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