Tulancingo, Hidalgo.- Los huaraches forman parte esencial delatuendo utilizado por la comunidad indígena de la SierraOtomí-Tepehua. Específicamente en el municipio de Huehuetla,estos artículos siguen siendo muy utilizados, sobre todo poradultos mayores. Pablo Antonio Plata, campesino, comentó queactualmente a los jóvenes les da pena usar los huaraches, sinembargo —agregó—, él los sigue usando porque son cómodos.“Desde niño, no me gustaba andar descalzo, a veces usabasandalias de plástico, pero después me gustaron más los decuero”, dijo en entrevista. Por su parte, Palemón Flores, quiendurante los últimos años se ha dedicado a recopilar aspectoshistóricos de la referida demarcación, dijo que los huaraches enla región serrana comenzaron a utilizarse a inicios del siglo 16,cuando los franciscanos comenzaron a edificar las primerasiglesias. “Como los frailes usaban huaraches, se volviócotidiano que los lugareños también protegieran las plantas desus pies con este tipo de calzado, ya que en ocasiones tenían quecaminar largas distancias por sendas pedregosas y lodosas. En laactualidad, los huaraches con mayor demanda son los de llanta decuatro correas, que han desplazado a los de garbancillo. Estosúltimos tenían la peculiaridad de tener en la suela, algunosmetales (estilo tacos de futbol), que prácticamente se amarrabanen caminos agrestes, evitando caídas. Sin embargo, al contacto conpavimento son muy resbaladizos. Los huaraches modernos estánhechos con tiras de cuero de ganado bovino. Aunque se resisten alolvido, esta indumentaria sigue teniendo cierta demanda en algunostianguis. Incluso su venta es destinada al turismo. La huaracheríaes un derivado de la talabartería, un oficio que, como otros, deigual forma va perdiendo terreno en la región cafetalera.
Tulancingo, Hidalgo.- Los huaraches forman parte esencial delatuendo utilizado por la comunidad indígena de la SierraOtomí-Tepehua. Específicamente en el municipio de Huehuetla,estos artículos siguen siendo muy utilizados, sobre todo poradultos mayores. Pablo Antonio Plata, campesino, comentó queactualmente a los jóvenes les da pena usar los huaraches, sinembargo —agregó—, él los sigue usando porque son cómodos.“Desde niño, no me gustaba andar descalzo, a veces usabasandalias de plástico, pero después me gustaron más los decuero”, dijo en entrevista. Por su parte, Palemón Flores, quiendurante los últimos años se ha dedicado a recopilar aspectoshistóricos de la referida demarcación, dijo que los huaraches enla región serrana comenzaron a utilizarse a inicios del siglo 16,cuando los franciscanos comenzaron a edificar las primerasiglesias. “Como los frailes usaban huaraches, se volviócotidiano que los lugareños también protegieran las plantas desus pies con este tipo de calzado, ya que en ocasiones tenían quecaminar largas distancias por sendas pedregosas y lodosas. En laactualidad, los huaraches con mayor demanda son los de llanta decuatro correas, que han desplazado a los de garbancillo. Estosúltimos tenían la peculiaridad de tener en la suela, algunosmetales (estilo tacos de futbol), que prácticamente se amarrabanen caminos agrestes, evitando caídas. Sin embargo, al contacto conpavimento son muy resbaladizos. Los huaraches modernos estánhechos con tiras de cuero de ganado bovino. Aunque se resisten alolvido, esta indumentaria sigue teniendo cierta demanda en algunostianguis. Incluso su venta es destinada al turismo. La huaracheríaes un derivado de la talabartería, un oficio que, como otros, deigual forma va perdiendo terreno en la región cafetalera.