Un aroma intenso a copal cubrió la calle de Libertad hasta la esquina con 21 de Marzo durante la mañana de este martes 11 de julio, pues casi 500 feligreses provenientes de las 10 parroquias y dos vicarías de la foranía de Huauchinango, en Puebla, arribaron finalmente al Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles luego de dos días de andar en motocicleta, bicicleta, a pie o a caballo. Provenientes de diferentes comunidades, varias de ellas indígenas, regaron con su presencia un ambiente de total festividad en la que representó la primera llegada de foranías en el marco de la fiesta patronal de Los Angelitos.
Ríos de gente avanzaron desde muy temprano sobre las principales arterias céntricas de Tulancingo, pues cabe mencionar que su punto de llegada fue el Seminario Menor en la colonia La Escondida. Desde dicho recinto, subieron por la calle de Libertad hasta la Iglesia de los Angelitos, donde ya les esperaba la delegación parroquial a cargo del sacerdote Arturo, quien dedicó varias rondas de aplausos y dio una cálida bienvenida a los peregrinos.
Poco a poco, la vialidad se abarrotó con personas que portaban estandartes de la Madre de Cristo y leyendas que remarcaban su lugar de origen: La Unión, Necaxa, Xicotepec, Huauchinango, Naupan, Canaditas, Vicaría San Isidro, Vicaría Santa María de Guadalupe del Tabacal, Chiconcuautla, La Ceiba, Calnali y Tenanguito.
"Vienen bien acalorados pero con el corazón bien encendido", expresó el padre Arturo previo a la celebración, en donde luego de que se recitara la genealogía de Jesucristo, también recordó que las peregrinaciones de este tipo son "un encuentro con amor que esperemos toque nuestro corazón e ilumine nuestra vida porque realmente lo necesitamos. A la Virgen le pedimos pan para los hambrientos, justicia para los oprimidos y tierra para los migrantes", agregó.
Destacó que para mayor entendimiento de los cientos de indígenas que estaban presentes, uno de los sacerdotes ofreció una versión de la homilía en lengua originaria, gesto que le valió los aplausos al ser esta una experiencia inédita, que recordó los alcances de la fe y arraigamiento en los poblados de "tierra adentro". Por cierto, lo anterior se hizo manifiesto durante la entrega de ofrendas: decenas de personas llevaron canastas con frutas, semillas, alimentos; pero otros también ofrecieron bailes para honrar a la Virgen.
El final de la celebración no estuvo exenta de emotividad: los asistentes pasaron al templo a "saludar" a la Virgen de los Angelitos, momento en el que muchos de ellos se hincaron para rezarle y de hecho, hubo rostros que se cubrieron con lágrimas. Tal vez de cansancio, tal vez de alegría, tal vez de recuerdos que aderezados con la fe detonaron en los feligreses un duro golpe de emociones. Rápidamente la iglesia se cubrió con flores y fino aroma a copal. La próxima semana, en martes, también provenientes de Puebla, llegan de la foranía de Pahuatlán, a quienes se recibirá con una solemne misa a las 11 de la mañana.